La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Juan 5:14 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

Estamos seguros de que, si algo pedimos a Dios tal y como él quiere, nos atiende.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada;

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Con él tenemos la certeza de que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, nos escuchará.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y ésta es la confianza que tenemos ante Él: que cuando pidamos algo conforme a su voluntad, Él nos escucha.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y ésta es la plena confianza que tenemos en él: que si pedimos algo según su voluntad, nos oye.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Juan 5:14
26 Referencias Cruzadas  

Todo cuanto pidáis con fe en oración, lo recibiréis.


Yo sé muy bien que me escuchas siempre; si hablo así, es por los que están aquí, para que crean que tú me has enviado.


Os aseguro que el que crea en mí hará también lo que yo hago, e incluso cosas mayores; porque yo me voy al Padre,


El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como se hace con el sarmiento improductivo. Estos sarmientos arrancados se secan, y luego son amontonados y arrojados al fuego para que ardan.


Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa.


Todo el mundo sabe que Dios no escucha a los pecadores; en cambio, escucha a todo aquel que le honra y cumple su voluntad.


Y nosotros, por nuestra parte, podemos acercarnos a Dios libre y confiadamente mediante la fe.


No perdáis, pues, el ánimo. El premio que os espera es grande.


Porque las riquezas de Cristo que ahora compartimos están condicionadas a que mantengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.


Cristo en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros, mientras mantengamos esa esperanza confiada y alegre.


Y, si pedís, no recibís nada porque pedís con la torcida intención de malgastarlo en vuestros caprichos.


Reconoced, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros. Así sanaréis, ya que es muy poderosa la oración ferviente de los fieles.


En resumen, hijos míos, vivid unidos a Cristo, para que el día glorioso de su manifestación tengamos absoluta confianza, en lugar de sentirnos abochornados, lejos de su presencia.