Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.
1 Juan 2:23 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) En efecto, quien niega al Hijo, rechaza al Padre; quien declara su fe en el Hijo, tiene también al Padre. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Biblia Nueva Traducción Viviente El que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; pero el que confiesa al Hijo tiene al Padre también. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues el que niega al Hijo, ya no tiene al Padre; y el que reconoce al Hijo tiene también al Padre. La Biblia Textual 3a Edicion Todo el que niega° al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, también tiene al Padre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. Quien confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre. |
Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.
Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.
(Y la vida eterna consiste en que te reconozcan a ti como único Dios verdadero, y a Jesucristo como tu enviado.)
Y quiere que todos den al Hijo el mismo honor que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que le ha enviado.
Ellos le preguntaron: - ¿Dónde está tu padre? Jesús le contestó: - Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.
Mentiroso es todo el que niega que Jesús es el Cristo. Ese es el anticristo, pues niega al Padre y al Hijo.
Quien proclama que Jesús es el Hijo de Dios, vive en Dios y Dios vive en él.
Si reconocen que Jesucristo ha venido como verdadero hombre, es que poseen el Espíritu de Dios.
Si creemos que Jesús es el Cristo, somos hijos de Dios. Ahora bien, no es posible amar al padre sin amar también al hermano, que es hijo del mismo padre.
Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al verdadero. Con él estamos unidos mediante su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.