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Lucas 4:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Así mismo, había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán el sirio».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

También muchas personas en Israel tenían lepra en el tiempo del profeta Eliseo, pero el único sanado fue Naamán, un sirio».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

También había muchos leprosos en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.

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Otras versiones



Lucas 4:27
10 Referencias Cruzadas  

»¿Quién puede aleccionar a Dios, si es él quien juzga a las grandes eminencias?


¿Por qué le echas en cara que no responda a todas tus preguntas?


¿Quién puede pedirle cuentas de sus actos? ¿Quién puede decirle que se ha equivocado?


Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tenido en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.


Entró en la casa de Dios, y él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos, sino solo a los sacerdotes.


Jesús extendió la mano y tocó al hombre. ―Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra.


Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron.


Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.