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Lucas 1:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

«Esto —decía ella— es obra del Señor, que ahora ha mostrado su bondad al quitarme la vergüenza que yo tenía ante los demás».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡Qué bondadoso es el Señor! —exclamó ella—. Me ha quitado la vergüenza de no tener hijos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Qué no ha hecho por mí el Señor! Es ahora cuando quiso liberarme de mi vergüenza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta° entre los hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Así lo ha hecho el Señor conmigo, cuando le ha parecido bien acabar con mi descrédito ante la gente'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así me ha hecho el Señor en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres.

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Otras versiones



Lucas 1:25
14 Referencias Cruzadas  

Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración, y ella quedó embarazada.


Y Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos.


Devorará a la muerte para siempre; el Señor omnipotente enjugará las lágrimas de todo rostro, y quitará de toda la tierra el oprobio de su pueblo. El Señor mismo lo ha dicho.


En aquel día, siete mujeres agarrarán a un solo hombre y le dirán: «De alimentarnos y de vestirnos nosotras nos ocuparemos; tan solo déjanos llevar tu nombre: ¡Líbranos de nuestra afrenta!»


El ángel le dijo: ―No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan.


Poco después, su esposa Elisabet concibió y se mantuvo recluida por cinco meses.


Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa.


Pero concédeme esta sola petición —añadió—. Ya que nunca me casaré, dame un plazo de dos meses para retirarme a las montañas y llorar allí con mis amigas.


Penina, su rival, solía atormentarla para que se enojara, ya que el Señor la había hecho estéril.