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Juan 8:34 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

―Ciertamente os aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús les contestó: 'En verdad, en verdad les digo: el que vive en el pecado es esclavo del pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo el que practica el pecado es esclavo del pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús les contestó: 'De verdad os aseguro: todo el que comete el pecado, es esclavo del pecado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo: Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.

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Otras versiones



Juan 8:34
16 Referencias Cruzadas  

Nunca hubo nadie como Acab que, animado por Jezabel su esposa, se prestara para hacer lo que ofende al Señor.


Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan.


Os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.


―De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.


Veo que vas camino a la amargura y a la esclavitud del pecado.


Por lo tanto, no permitáis que el pecado reine en vuestro cuerpo mortal, ni obedezcáis a vuestros malos deseos.


¿Acaso no sabéis que, cuando os entregáis a alguien para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis? Claro que lo sois, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia.


Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado;


Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado.


¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado.


de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para alcanzar así la gloriosa libertad de los hijos de Dios.


en los cuales andabais conforme a los poderes de este mundo. Os conducíais según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.


En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros.


Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado.