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Juan 3:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque todo el que practica lo malo, aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean expuestas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues todo el que obra el mal odia la luz y no se acerca a la luz, para que no se descubra la maldad de sus obras.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas.

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Otras versiones



Juan 3:20
18 Referencias Cruzadas  

Luego tomó la sartén para servirle, pero Amnón se negó a comer y ordenó: ―¡Fuera de aquí todos! Una vez que todos salieron,


El rey de Israel le respondió: ―Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; solo me anuncia desastres. Se trata de Micaías hijo de Imlá. ―No digas eso —replicó Josafat.


Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía y, tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado.


Mi instrucción, la aborreces; mis palabras, las desechas.


Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor;


Al insolente no le gusta que lo corrijan, ni busca la compañía de los sabios.


El que guiña el ojo trama algo perverso; el que aprieta los labios ya lo ha cometido.


de los que se apartan del camino recto para andar por sendas tenebrosas,


La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.


Y dirás: «¡Cómo pude aborrecer la corrección! ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la disciplina!


»Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores, que por su engaño no quieren reconocerme», afirma el Señor.


Uno de los expertos en la ley le respondió: ―Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros.


En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.


El mundo no tiene motivos para aborreceros; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas.