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Juan 21:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

―Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú sígueme.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús contestó: —Si quiero que él siga vivo hasta que yo regrese, ¿qué tiene que ver contigo? En cuanto a ti, sígueme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús le contestó: 'Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús le dice: Si quiero que él quede hasta que Yo venga,° ¿a ti, qué? Tú, sígueme.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Le responde Jesús: 'Si quiero que éste permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú sígueme'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Tú sígueme.

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Otras versiones



Juan 21:22
20 Referencias Cruzadas  

Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.


Porque, así como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.


Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, cuando llegaron los discípulos y le preguntaron en privado: ―¿Cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?


Por eso también vosotros debéis estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperéis.


»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.


―Sígueme —le replicó Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.


Y añadió: ―Os aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.


Esto dijo Jesús para dar a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Después de eso añadió: ―¡Sígueme!


Al verlo, Pedro preguntó: ―Señor, ¿y este, qué?


Porque cada vez que coméis este pan y bebéis de esta copa, proclamáis la muerte del Señor hasta que él venga.


Por lo tanto, no juzguéis nada antes de tiempo; esperad hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


En resumidas cuentas, ¿cuál es nuestra esperanza, alegría o motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús para cuando él venga? ¿Quién más sino vosotros?


Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia.


Así también vosotros, manteneos firmes y aguardad con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.


¡Mirad que viene en las nubes! Y todos le verán con sus propios ojos, incluso quienes le traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén.


Eso sí, retened con firmeza lo que ya tenéis, hasta que yo venga.


El que da testimonio de estas cosas, dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús!


«¡Mirad que vengo pronto! Dichoso el que cumple las palabras del mensaje profético de este libro».


Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona.