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Génesis 4:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho, y se veía decaído.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A Yavé le agradó Abel y su ofrenda, mientras que le desagradó Caín y la suya. Ante esto Caín se enojó mucho y su rostro se descompuso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

pero no consideró a Caín ni a su ofrenda. Esto enfureció a Caín en gran manera, y decayó° su semblante.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

pero no en Caín y la suya. Esto irritó a Caín sobremanera y tenía el semblante abatido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

mas no miró con agrado a Caín y a su ofrenda. Y se enojó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

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Otras versiones



Génesis 4:5
18 Referencias Cruzadas  

También notó que Labán ya no lo trataba como antes.


y les dijo: ―Me he dado cuenta de que vuestro padre ya no me trata como antes. ¡Pero el Dios de mi padre ha estado conmigo!


Cuando el patrón de José escuchó de labios de su mujer cómo la había tratado el esclavo, se enfureció


¿Por qué desatas tu enojo contra Dios y das rienda suelta a tu lengua?


El resentimiento mata a los necios; la envidia mata a los insensatos.


Que se acuerde de todas tus ofrendas; que acepte tus holocaustos. Selah


La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo su corazón se irrita contra el Señor.


Los asesinos aborrecen a los íntegros, y tratan de matar a los justos.


Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!


Su propio descaro los acusa y, como Sodoma, se jactan de su pecado; ¡ni siquiera lo disimulan! ¡Ay de ellos, porque causan su propia desgracia!


Entonces Moisés, sumamente enojado, le dijo al Señor: ―No aceptes la ofrenda que te traigan, que yo de ellos no he tomado ni siquiera un asno, ni les he hecho ningún daño.


¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia de que yo sea generoso?”


Pero, cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía.


Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía.


¡Ay de los que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de Balán y perecieron en la rebelión de Coré.


Pero el Señor le dijo a Samuel: ―No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.