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2 Samuel 7:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Estableciste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque tú estableciste a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a ellos por Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Hiciste de Israel tu pueblo para siempre y tú, oh Señor, llegaste a ser su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tú estableciste a tu pueblo Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y tú, Yavé, llegaste a ser su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y has establecido a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y Tú, oh YHVH, has llegado a ser su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tú confirmaste a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre, de forma que tú, Yahveh, seas su Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque tú te has confirmado a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a ellos por Dios.

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Otras versiones



2 Samuel 7:24
20 Referencias Cruzadas  

Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes.


A ti y a tu descendencia os daré, en posesión perpetua, toda la tierra de Canaán, donde ahora andas peregrinando. Y yo seré su Dios.


¿Y qué nación se puede comparar con tu pueblo Israel? Es la única nación en la tierra que tú has redimido, para hacerla tu propio pueblo y para dar a conocer tu nombre. Hiciste prodigios y maravillas cuando al paso de tu pueblo, al cual redimiste de Egipto, expulsaste a las naciones y a sus dioses.


»Y ahora, Señor y Dios, reafirma para siempre la promesa que les has hecho a tu siervo y a su dinastía. Cumple tu palabra


Adoptaste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios.


¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre!


El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.


Haré de vosotros mi pueblo; y yo seré vuestro Dios. Así sabrán que yo soy el Señor vuestro Dios, que os libró de la opresión de los egipcios.


¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!»


«En aquel tiempo —afirma el Señor— seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo».


»Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.


»Con todo, los israelitas serán tan numerosos como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el mismo lugar donde se les llamó: “Pueblo ajeno”, se les llamará: “Hijos del Dios viviente”.


Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.


Por su parte, hoy mismo el Señor ha declarado que tú eres su pueblo, su posesión preciosa, tal como prometió. Obedece, pues, todos sus mandamientos.


Entonces Moisés y los sacerdotes levitas dijeron a todo Israel: «¡Guarda silencio, Israel, y escucha! Hoy te has convertido en el pueblo del Señor tu Dios.


»¿Y así le pagas al Señor, pueblo tonto y necio? ¿Acaso no es tu Padre, tu creador, el que te hizo y te formó?


Antes ni siquiera erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; antes no habíais recibido misericordia, pero ahora ya la habéis recibido.