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2 Samuel 22:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

»La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los cielos; ¡se tambalearon a causa de su enojo!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

La tierra fue conmovida, y tembló, Y se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque se indignó él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Entonces la tierra se estremeció y tembló. Se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tembló entonces la tierra, se estremeció, bambolearon los cimientos del cielo, temblaban al sentir su cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

La tierra fue conmovida, y tembló, Se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque Él se indignó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

La tierra treme toda y se perturba, las bases de los montes se estremecen y palpitan, a causa de su ira.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

La tierra se estremeció y tembló; los fundamentos del cielo fueron conmovidos, se estremecieron, porque se indignó Él.

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Otras versiones



2 Samuel 22:8
13 Referencias Cruzadas  

Se recogen con un hierro o con una lanza, y ahí el fuego los consume».


Aterrados por su reprensión, tiemblan los pilares de los cielos.


La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los montes; ¡retemblaron a causa de su enojo!


la tierra se estremeció, los cielos se vaciaron, delante de Dios, el Dios de Sinaí, delante de Dios, el Dios de Israel.


Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores.


Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas.


Sus relámpagos iluminan el mundo; al verlos, la tierra se estremece.


Ante él tiemblan las montañas y se desmoronan las colinas. Ante él se agita la tierra, el mundo y cuanto en él habita.


En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas.


Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella.


Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.


»Oh Señor, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde los campos de Edom, tembló la tierra, se estremecieron los cielos, las nubes derramaron agua.