Amen a los demás con sinceridad. Rechacen todo lo que sea malo, y no se aparten de lo que sea bueno.
2 Corintios 8:8 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento) No les estoy dando una orden. Sólo quiero que sepan cómo ofrendan los hermanos de otras iglesias, para que ustedes puedan demostrar que su amor es sincero. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro. Biblia Nueva Traducción Viviente No estoy ordenándoles que lo hagan, pero pongo a prueba qué tan genuino es su amor al compararlo con el anhelo de las otras iglesias. Biblia Católica (Latinoamericana) No es una orden, sino que sólo me baso en la generosidad de otros para ver si ustedes aman de verdad. La Biblia Textual 3a Edicion No lo digo como mandamiento, sino para poner a prueba, por medio de la solicitud de otros, la sinceridad de vuestro amor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No es una orden, sino que os hablo del interés de los otros para poner a prueba la autenticidad de vuestro amor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No hablo como quien manda, sino por causa de la diligencia de otros, y para probar la sinceridad de vuestro amor. |
Amen a los demás con sinceridad. Rechacen todo lo que sea malo, y no se aparten de lo que sea bueno.
A los demás les aconsejo lo siguiente: Si alguno de la iglesia está casado con una mujer que no es cristiana, pero ella quiere seguir viviendo con él, no deben separarse.
Para las viudas y las solteras, no tengo ninguna orden del Señor. Sólo les doy mi opinión, y pueden confiar en mí gracias al amor con que Dios me ha tratado.
A pesar de todo eso, nuestra conducta ha sido impecable, conocemos la verdad, somos pacientes y amables. El Espíritu Santo está en nuestras vidas, y amamos de verdad.
Por el bien de ustedes les doy mi consejo acerca de esto. El año pasado ustedes fueron los primeros en dar, y además, lo hicieron con mucho entusiasmo.
Por eso, demuéstrenles su amor, para que las iglesias que los envían sepan que teníamos razón de estar orgullosos de ustedes.
Ya sé que ustedes desean ayudarlos. Por eso con mucho orgullo les dije a los hermanos de la región de Macedonia que ustedes, los de la región de Acaya, estaban dispuestos a ayudarlos desde el año pasado. Cuando los de Macedonia oyeron esto, la mayoría de ellos decidió ayudar.
Cada uno debe dar según crea que deba hacerlo. No tenemos que dar con tristeza ni por obligación. ¡Dios ama al que da con alegría!
Al contrario, el amor debe hacernos decir siempre la verdad, para que en todo lo que hagamos nos parezcamos cada vez más a Cristo, quien gobierna sobre la iglesia.
Y espero que Dios sea bueno con todos los que nunca dejan de amar a nuestro Señor Jesucristo.
Ahora ustedes obedecen el verdadero mensaje de Dios, y por eso Dios los ha limpiado de todo pecado: para que se amen unos a otros sinceramente, como hermanos. Así que, ámense mucho unos a otros, con todo su corazón y con todas sus fuerzas.