Cuando los hermanos judíos oyeron esto, dejaron de discutir y se pusieron a alabar a Dios. Y decían muy admirados: '¡Así que también a los que no son judíos Dios les ha permitido arrepentirse y tener vida eterna!' La buena noticia llega a Antioquía
1 Corintios 3:6 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento) yo les anuncié a ustedes la buena noticia de Jesucristo, y Apolo les enseñó a seguir confiando en él. Pero fue Dios quien les hizo sentirse cada vez más seguros en Cristo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo planté, Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Yo planté,° Apolos regó,° pero el crecimiento lo da Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. |
Cuando los hermanos judíos oyeron esto, dejaron de discutir y se pusieron a alabar a Dios. Y decían muy admirados: '¡Así que también a los que no son judíos Dios les ha permitido arrepentirse y tener vida eterna!' La buena noticia llega a Antioquía
Cuando Pablo y Bernabé llegaron a Antioquía, se reunieron con los miembros de la iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron también cómo el Señor les había ayudado a anunciar las buenas noticias a los que no eran judíos, para que también ellos pudieran creer en Jesús.
Una de las que nos escuchaba se llamaba Lidia. Era de la ciudad de Tiatira, vendía telas muy finas de color púrpura, y honraba a Dios. El Señor hizo que Lidia pusiera mucha atención a Pablo,
Por aquel tiempo llegó a la ciudad de Éfeso un hombre de la ciudad de Alejandría, que se llamaba Apolo. Sabía convencer a la gente con sus palabras, y conocía mucho de la Biblia.
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo cruzó la región montañosa y llegó a la ciudad de Éfeso. Allí encontró a algunos que habían creído en el Mesías,
Pablo los saludó y les contó todo lo que Dios había hecho por medio de él entre los que no eran judíos.
En realidad, sólo hablaré de lo que Cristo hizo a través de mí, para lograr que los no judíos obedezcan a Dios. Y lo he logrado, no sólo por medio de mis palabras, sino también por mis hechos.
Mientras que algunos dicen: 'Yo soy seguidor de Pablo', otros dicen: 'Yo no, yo soy seguidor de Apolo'. Y hay otros que responden: 'Pues yo soy seguidor de Pedro', y aun otros dicen: 'Yo sigo a Cristo'.
Dios los ha unido a ustedes con Cristo, y gracias a esa unión ahora son sabios; Dios los ha aceptado como parte del pueblo de Dios, y han recibido la vida eterna.
Pablo, Apolo, Pedro, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro. Todo es de ustedes,
Así que lo importante no es quién anuncia la noticia, ni quién la enseña. El único importante es Dios, pues él es quien nos hace crecer.
Yo soy libre. Soy apóstol. He visto al Señor Jesús. Y gracias a mi trabajo, ahora ustedes son de Cristo.
También le pido a Dios que Jesucristo viva en sus corazones, gracias a la confianza que tienen en él, y que vivan sólo para amar a Dios y a los demás.
Cuando les anunciamos la buena noticia, no lo hicimos sólo con palabras. Al contrario, cuando estuvimos entre ustedes dejamos bien claro que tenemos el poder de Dios y que el Espíritu Santo actúa por medio de nosotros, para el bien de ustedes.