pareció también a mí, que he seguido a par, desde atrás, todo exactamente, ordenadamente escribirte, óptimo Teófilo(b);
2 Juan 1:1 - Biblia Jünemann Septuaginta en español El anciano a la elegida señora(c) e hijos de ella, a quienes yo amo en verdad; y no yo sólo, sino también todos los que han conocido la verdad, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no solo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, Biblia Nueva Traducción Viviente Yo, Juan, el anciano, les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad —y no solo yo sino también todos los que conocen la verdad—, Biblia Católica (Latinoamericana) El Anciano, a la Dama Elegida y a sus hijos.
Los amo de verdad; y no sólo yo, sino también cuantos han conocido la verdad, La Biblia Textual 3a Edicion El anciano a la señora electa y a sus hijos, a quienes yo amo en verdad, y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la Verdad, Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Anciano, a la señora Electa y a sus hijos, a quienes amo en la verdad -y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad-; Biblia Reina Valera Gómez (2023) El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, |
pareció también a mí, que he seguido a par, desde atrás, todo exactamente, ordenadamente escribirte, óptimo Teófilo(b);
lo que también hicieron, enviando a los ancianos, por mano de Bernabé y Saulo.
Empero, cuando vi que no con recto pie andaban, según la verdad(h) del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Si tú, judío como eres, gentílica(i), y no ya judaicamente vives ¿cómo las gentes obligas a judaizar?»
a quienes ni por una hora cedimos con sujeción; a fin de que la verdad del Evangelio permaneciera con vosotros.
¡Oh insensatos gálatas!, ¿quién os ha fascinado, (para no obedecer a la verdad) ante cuyos ojos Jesucristo ha sido descrito crucificado(a)?
por la esperanza, la reservada a vosotros en los cielos; la que antes habéis oído en la palabra de la verdad del Evangelio,
quien todos los hombres quiere se salven y a conocimiento de verdad vengan.
Que voluntariamente pecando nosotros, después de recibir el conocimiento de la verdad, ya no por pecados queda hostia;
según presciencia de Dios Padre, en santificación de Espíritu, para obediencia, y aspersión de sangre de Jesucristo: gracia a vosotros y paz acreciéntese.—
Exhortación a los presbíteros. De la humildad A los ancianos, pues, a los entre vosotros exhorto, el coanciano y testigo de los de Cristo padecimientos; el también, de la que se ha revelar, gloria partícipe:
No os he escrito, porque no sepáis la verdad, sino, porque la conocéis; y porque toda mentira de la verdad no es.
Y ahora, ruégote, señora, no como mandamiento escribiéndote nuevo, sino el que hemos tenido, desde el principio: que nos amemos unos a otros.