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Jueces 16:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tiempo después, Sansón se enamoró de una mujer llamada Dalila, que vivía en el valle de Sorec.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después de eso se juntó con una mujer del valle de Sorec que se llamaba Dalila.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Después de esto sucedió que se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de esto, se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

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Otras versiones



Jueces 16:4
9 Referencias Cruzadas  

Pero el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras junto con la hija de Faraón; a las de Moab, a las de Amón, a las de Idumea, a las de Sidón, y a las heteas;


¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él hicieron pecar las mujeres extranjeras.


Sima profunda es la boca de las extrañas; aquel contra el cual estuviere el SEÑOR airado, caerá en ella.


Porque sima profunda es la ramera, y pozo angosto la extraña.


Como perro que vuelve a su vómito, así el loco que repite su locura.


Aunque majes al loco en un mortero entre granos de trigo a pisón majados, no se quitará de él su locura.


Pero estas cosas fueron hechas en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.


Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue, y se subió con ellas a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.


Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale y sabe en qué consiste su fuerza tan grande, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo atormentemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.