Y la pondré en posesión de erizos, y en lagunas de aguas; y la barreré con escobas de destrucción, dice el SEÑOR de los ejércitos.
Apocalipsis 18:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras y clamó con fortaleza a alta voz, diciendo: Caída es, caída es Babilonia la grande, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave sucia y aborrecible. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Biblia Nueva Traducción Viviente Dio un fuerte grito: «¡Ha caído Babilonia, cayó esa gran ciudad! Se ha convertido en una casa para los demonios. Es una guarida para todo espíritu inmundo, un nido para todo buitre repugnante y una cueva para todo animal sucio y espantoso. Biblia Católica (Latinoamericana) Gritó con voz potente:
'¡Cayó, cayó la Gran Babilonia!
Se ha convertido en guarida de demonios,
en refugio de espíritus inmundos,
en nido de aves impuras
y asquerosas;' La Biblia Textual 3a Edicion Y clamó con voz potente, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia,° y se convirtió en morada de demonios y guarida de todo espíritu inmundo y encierro de toda ave inmunda y aborrecible!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Gritó con voz potente, diciendo: '¡Cayó, cayó Babilonia, la grande! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritus inmundos, en guarida de toda suerte de aves impuras y aborrecibles. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y clamó fuertemente en alta voz, diciendo: ¡Caída es, caída es Babilonia la grande! Y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. |
Y la pondré en posesión de erizos, y en lagunas de aguas; y la barreré con escobas de destrucción, dice el SEÑOR de los ejércitos.
Tú, pues, profetizarás a ellos todas estas palabras, y les dirás: El SEÑOR bramará como león desde lo alto, y desde la morada de su Santidad dará su voz; enfurecido bramará sobre su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra.
Y será Babilonia para montones, morada de dragones, espanto y silbo, sin morador.
En un momento cayó Babilonia, y se quebrantó; aullad sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, por ventura sanará.
Y el SEÑOR bramará desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; mas el SEÑOR será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.
Y rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias de los gentiles; el onocrótalo también y el erizo dormirán en sus umbrales; su voz cantará en las ventanas; y asolación será en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.
y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas.
y clamó con grande voz, como cuando un león ruge; y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces.
Y sus cuerpos serán echados en las plazas de la gran ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma, y Egipto; donde también nuestro Señor fue colgado en el madero.
Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está seca.
Y otro ángel le siguió, diciendo: Ya es caída, ya es caída Babilonia, aquella gran ciudad, porque ella ha dado a beber a todos los gentiles del vino de la ira de su fornicación.
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas.
Y la gran ciudad fue partida en tres partes, y las ciudades de los gentiles se cayeron; y Babilonia la grande vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino de la indignación de su ira.
Y la mujer que has visto, es la gran ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra.
y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Estando lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, aquella fuerte ciudad; porque en una hora vino tu juicio!
Y un fuerte ángel tomó una piedra como una gran muela de molino, y la echó en el mar, diciendo: Con tanto ímpetu será derribada Babilonia, aquella gran ciudad, y nunca jamás será hallada.
Y vi un fuerte ángel predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?