Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
1 Juan 1:2 - Dios Habla Hoy Versión Española Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y os anunciamos esa vida eterna que estaba con el Padre y se nos ha manifestado. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); Biblia Nueva Traducción Viviente Él, quien es la vida misma, nos fue revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado. Biblia Católica (Latinoamericana) Porque la vida se dio a conocer, hemos visto la Vida eterna, hablamos de ella y se la anunciamos, aquella que estaba con el Padre y que se nos dio a conocer. La Biblia Textual 3a Edicion (porque la Vida° fue manifestada, y la hemos visto,° y damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba° ante° el Padre, y nos fue manifestada). Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues la vida se ha manifestado, nosotros la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna que estaba en el Padre y se nos manifestó-: Biblia Reina Valera Gómez (2023) (porque la vida fue manifestada, y la vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó). |
Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
Jesús le contestó: –Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.
Y también vosotros seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio.
Salí del Padre para venir a este mundo, y ahora dejo el mundo para volver al Padre.”
Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste.
Ahora pues, Padre, dame en tu presencia la misma gloria que yo tenía contigo desde antes que existiera el mundo.
El que cuenta esto es uno que lo vio y que dice la verdad. Él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.
Yo hablo de lo que el Padre me ha mostrado, y vosotros hacéis lo que vuestro padre os ha dicho.
desde que fue bautizado por Juan hasta que subió al cielo. Es necesario, pues, que uno de ellos sea agregado a nosotros, para que junto con nosotros dé testimonio de la resurrección de Jesús.”
No se apareció a todo el pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos. Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó,
Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello somos todos nosotros testigos.
Y así matasteis al que es autor de la vida. Pero Dios lo resucitó, y de ello nosotros somos testigos.
De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a quienes le obedecen.
Porque Dios ha hecho lo que no pudo hacer la ley de Moisés, que era incapaz de hacerlo a causa de la debilidad humana: Dios envió a su Hijo en la misma débil condición del hombre pecador y como sacrificio por el pecado, para de este modo condenar al pecado en la propia debilidad de nuestra condición.
Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés,
Pues la verdad revelada de nuestra religión es, sin duda, algo muy grande: Cristo se manifestó en su condición de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue visto por los ángeles. Fue anunciado a las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.
ha mostrado su amor ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que ha destruido el poder de la muerte y que, por medio del evangelio, ha sacado a la luz la vida inmortal.
que está basada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, prometió esta vida desde antes que el mundo existiera;
Quiero aconsejar ahora a los ancianos de vuestras congregaciones, yo que soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que, lo mismo que ellos, voy a tener parte en la gloria que ha de manifestarse.
Os escribimos acerca de lo que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la palabra de vida.
Ya sabéis que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados y que él no tiene pecado alguno.
pero el que comete pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.
Y nosotros mismos hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para salvar al mundo.
De esta manera podéis saber quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que reconoce que Jesucristo vino como hombre verdadero tiene el Espíritu de Dios.
Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna y que esta vida está en su Hijo.
Os escribo esto a vosotros que creéis en el Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.