La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Juan 5:6 - Biblia Castilian 2003

Al verlo Jesús tendido, y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo as, le pregunta: '¿Quieres curarte?'.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud?

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús lo vio tendido, y cuando se enteró del mucho tiempo que estaba allí, le dijo: '¿Quieres sanar?'

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando Jesús lo vio tendido, y conociendo que llevaba° ya mucho tiempo así,° le dice: ¿Quieres ser sano?°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al verlo Jesús tendido, y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así, le pregunta: '¿Quieres curarte?'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cuando Jesús le vio postrado, y entendió que hacía mucho tiempo que estaba enfermo, le dijo: ¿Quieres ser sano?

Ver Capítulo
Otras versiones



Juan 5:6
9 Referencias Cruzadas  

vierto mi queja en su presencia, digo mis cuitas a su vista.


Me dejo encontrar por quienes por m no preguntan, me dejo hallar por los que no me solicitan. Digo: '¡Aqu estoy! ¡Aqu estoy!' a una nación que no invoca mi nombre.


tus adulterios, tus relinchos, la ignominia de tu prostitución. Sobre las colinas, en el campo, he visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén, que no te purificas! ¿Hasta cuándo aún?


'¿Qué quieres que te haga?'. Él contestó: '¡Se or, que vea!'.


Por tercera vez le pregunta: 'Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?'. Pedro sintió pena cuando Jesús le dijo por tercera vez '¿me quieres?' y le respondió: 'Se or, tú lo sabes todo, tú conoces bien que te quiero'. D cele Jesús: 'Apacienta mis ovejas.


Hab a un hombre all que llevaba treinta y ocho a os enfermo.


El enfermo le contestó: 'Se or, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; y para cuando yo llego, ha bajado otro antes que yo'.


Nada creado está oculto a su presencia: todo está desnudo y patente a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.


Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario: tentado en todo, como semejante a nosotros, pero sin pecado.