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Juan 4:15 - Biblia Castilian 2003

D cele la mujer: 'Se or, dame de ese agua, para que yo no sienta ya más sed, ni tenga que venir aqu a sacarla'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡deme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La mujer le dijo: 'Señor, dame de esa agua, y así ya no sufriré la sed ni tendré que volver aquí a sacar agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le dice la mujer: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga aquí a sacar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dícele la mujer: 'Señor, dame de ese agua, para que yo no sienta ya más sed, ni tenga que venir aquí a sacarla'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que yo no tenga sed, ni venga acá a sacarla.

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Otras versiones



Juan 4:15
11 Referencias Cruzadas  

ofreced ofrendas justas y confiad en el Se or.


Él le contesta: 'Anda, llama a tu marido y vuelve aqu '.


Jesús les respondió: 'De verdad os aseguro que me andáis buscando, no porque habéis visto se ales, sino porque habéis comido pan hasta saciaros.


Respondiéronle ellos: 'Se or, danos siempre ese pan'.


Jesús les contestó: 'Yo soy el pan de la vida. El que viene a m jamás tendrá hambre; el que cree en m jamás tendrá sed'.


Porque la paga del pecado es muerte, mientras la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Se or nuestro.


En efecto, los que viven según la carne, anhelan las cosas de la carne; los que viven según el Esp ritu, las del Esp ritu.


En un plano puramente humano el hombre no capta las cosas del Esp ritu de Dios, porque son para él necedad; y no puede conocerlas, porque sólo pueden ser examinadas con criterios espirituales.


Ped s y no recib s, porque ped s mal, para gastarlo en vuestras pasiones.


Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios la vida eterna.