y por la ma ana veréis la gloria de Yahveh; pues ha o do vuestras murmuraciones contra Yahveh. Porque nosotros, ¿qué somos, para que murmuréis contra nosotros?'.
Juan 11:4 - Biblia Castilian 2003 Cuando Jesús lo oyó, dijo: 'Esta enfermedad no es de muerte sino para la gloria de Dios: para que por ella sea glorificado el Hijo de Dios'. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado». Biblia Católica (Latinoamericana) Al oírlo Jesús, dijo: 'Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para gloria de Dios, y el Hijo del Hombre será glorificado por ella. La Biblia Textual 3a Edicion Al oírlo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando Jesús lo oyó, dijo: 'Esta enfermedad no es de muerte sino para la gloria de Dios: para que por ella sea glorificado el Hijo de Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. |
y por la ma ana veréis la gloria de Yahveh; pues ha o do vuestras murmuraciones contra Yahveh. Porque nosotros, ¿qué somos, para que murmuréis contra nosotros?'.
pero si las realizo, aunque a m no me creáis, creed en esas obras, para que sepáis y conozcáis que el Padre está en m y yo en el Padre'.
¡Padre, glorifica tu nombre!'. Una voz del cielo llegó entonces: 'Ya lo he glorificado y lo glorificaré de nuevo'.
As habló Jesús. Y levantando sus ojos al cielo, dijo: 'Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti,
Ahora glorif came tú, Padre, junto a ti mismo, con la gloria que yo ten a junto a ti antes que el mundo existiera'.
Ésta es la primera de las se ales que Jesús realizó en Caná de Galilea. As manifestó su gloria, y sus disc pulos creyeron en él.
a fin de que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió.
Respondió Jesús: 'Si yo me glorificara a m mismo, mi gloria no valdr a nada; es el Padre el que me glorifica, de quien vosotros dec s que es Dios vuestro,
Llamaron por segunda vez al hombre que hab a sido ciego y le dijeron: 'Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador'.
Contestó Jesús: 'Ni él pecó, ni sus padres, sino que esto es para que se manifiesten las obras de Dios en él.
Y ahora pregunto: ¿tropezaron para quedar siempre ca dos? ¡Ni pensarlo! Al contrario, aquel tropiezo ha tra do la salvación a los gentiles, a fin de provocar la envidia de aquéllos.
llenos del fruto de justicia que se obtiene por medio de Cristo, para gloria y alabanza de Dios.
según mi ávida expectación y mi esperanza de que en nada seré defraudado, sino que, con toda valent a, ahora como siempre, Cristo será públicamente magnificado en mi cuerpo, ya sea mediante la vida, ya sea mediante la muerte.
los que por él creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio la gloria, de modo que vuestra fe y esperanza estén puestas en Dios.
El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y as, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Dichosos vosotros si sois ultrajados por el nombre de Cristo, porque el esp ritu de la gloria, el de Dios, descansa sobre vosotros.