Los cuervos le tra an pan y carne por la ma ana y por la tarde, y beb a del torrente.
Éxodo 2:5 - Biblia Castilian 2003 Bajó la hija del Faraón a ba arse en el Nilo; y mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla del r o, divisó ella la cesta entre los juncos y mandó a una sirvienta suya que se la trajera. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Biblia Nueva Traducción Viviente Al poco tiempo, la hija del faraón bajó a bañarse en el río, y sus sirvientas se paseaban por la orilla. Cuando la princesa vio la canasta entre los juncos, mandó a su criada que se la trajera. Biblia Católica (Latinoamericana) En eso bajó la hija de Faraón al Nilo, y se bañó mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla del río. Al divisar el canasto entre los juncos, envió a una criada a buscarlo. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces la hija de Faraón bajó a bañarse al Nilo, y mientras sus doncellas andaban junto al Nilo, ella vio la cesta en medio del juncal y envió a su esclava, y ella la recogió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Bajó la hija del Faraón a bañarse en el Nilo; y mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla del río, divisó ella la cesta entre los juncos y mandó a una sirvienta suya que se la trajera. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. |
Los cuervos le tra an pan y carne por la ma ana y por la tarde, y beb a del torrente.
los que dicen: 'Nuestra lengua es nuestro fuerte, los labios nos asisten, ¿quién será nuestro due o?'.
cuando Dios se levanta a hacer justicia, a salvar a los afligidos de la tierra. Selah
Al abrirla, vio que en ella hab a un ni o y que el peque n lloraba. Compadecida de él, dijo: 'Es un ni o de los hebreos'.
Sal ma ana temprano al encuentro del Faraón, a la hora en que se dirige al r o. Espéralo a la ribera del Nilo, llevando en tu mano el cayado que se trocó en serpiente.
Yahveh lo hizo as, y un pesado enjambre de tábanos penetró en la casa del Faraón, en la de sus servidores y en todo el pa s de Egipto, y la tierra fue asolada por los tábanos.
Arroyo es el corazón del rey en manos de Yahveh: que él dirige adonde quiere.
Mas yo, con voz de alabanza, te ofreceré sacrificios; cumpliré el voto que te hice. ¡De Yahveh viene la salvación!'.
pero habiendo sido abandonado, lo adoptó y crió como hijo propio la hija del Faraón.