Por eso eres grande, Se or m o, Yahveh. Nadie hay como tú, ni hay otro Dios fuera de ti, conforme a todo lo que oyeron nuestros o dos.
Éxodo 10:2 - Biblia Castilian 2003 para que puedas contar a tus hijos y a tus nietos cómo traté a los egipcios y qué prodigios hice yo entre ellos, y para que sepáis que yo soy Yahveh'. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; para que sepáis que yo soy Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente También lo hice para que ustedes pudieran contarles a sus hijos y a sus nietos acerca de cómo puse en ridículo a los egipcios, acerca de las señales que realicé en medio de ellos, y para que ustedes sepan que yo soy el Señor». Biblia Católica (Latinoamericana) Así podrás contar a tus hijos y a tus nietos cuántas veces he destrozado a los egipcios y cuántos prodigios he obrado contra ellos; así conocerán ustedes que yo soy Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Para que cuentes a oídos de tus hijos y de los hijos de tus hijos lo que Yo ejecuté en Egipto, y mis señales que puse entre ellos, para que sepáis que Yo soy YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 para que puedas contar a tus hijos y a tus nietos cómo traté a los egipcios y qué prodigios hice yo entre ellos, y para que sepáis que yo soy Yahveh'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; y para que sepáis que yo soy Jehová. |
Por eso eres grande, Se or m o, Yahveh. Nadie hay como tú, ni hay otro Dios fuera de ti, conforme a todo lo que oyeron nuestros o dos.
Con los propios o dos, Se or, hemos o do, los padres nos contaron la obra que en sus d as acabaste, en los tiempos antiguos.
Tendrán gozo los justos de haber visto venganza, y en la sangre del imp o podrán ba ar sus pies.
Mas tampoco en la vejez y en la canicie me abandones, oh Dios, hasta que cuente a los descendientes acerca de tu brazo, sobre tus portentos a todos los que vengan.
Y cuando el d a de ma ana te pregunte tu hijo: '¿Qué significa esto?', le dirás: 'Con mano fuerte nos sacó Yahveh de Egipto, de la casa de esclavitud.
Los egipcios conocerán que yo soy Yahveh, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros de sus carros'.
Yo endureceré el corazón del Faraón, que se lanzará tras ellos, pero yo me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército. As reconocerán los egipcios que yo soy Yahveh'. As lo hicieron.
Pero he aqu lo que dice Yahveh: en esto conocerás que yo soy Yahveh. Con el cayado que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y se convertirán en sangre.
Cuando extienda yo mi mano sobre Egipto y saque a los israelitas de en medio de ellos, entonces reconocerán los egipcios que yo soy Yahveh'.
'Ma ana' - contestó el Faraón -. Respondió Moisés: 'Sea como dices; para que sepas que no hay otro como Yahveh, nuestro Dios,
Los vivos, los vivos te alaban como yo hago hoy. El padre a los hijos dará a conocer tu fidelidad.
Les contaminé con sus ofrendas, haciéndoles sacrificar a todo primogénito, con el fin de horrorizarlos, para que supieran que yo soy Yahveh.'
Cuando los llevé al pa s que con la mano en alto hab a jurado darles, entonces dondequiera que vieron una colina elevada y cualquier árbol frondoso, all ofrecieron sus sacrificios, all presentaron sus irritantes ofrendas, all pusieron sus perfumes de calmante aroma, all hicieron sus libaciones.
Contádselo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la generación siguiente.
Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino, por el contrario, educadlos en la disciplina y en la instrucción del Se or.
Por tanto, guárdate y cu date mucho de no olvidar las cosas que han visto tus ojos, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los d as de tu vida y se las ense arás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.