también yo, después de haber investigado con exactitud todos esos sucesos desde su origen, me he determinado a escrib rtelos ordenadamente, ilustre Teófilo,
2 Juan 1:1 - Biblia Castilian 2003 El Anciano, a la se ora Electa y a sus hijos, a quienes amo en la verdad - y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad -; Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no solo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, Biblia Nueva Traducción Viviente Yo, Juan, el anciano, les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad —y no solo yo sino también todos los que conocen la verdad—, Biblia Católica (Latinoamericana) El Anciano, a la Dama Elegida y a sus hijos.
Los amo de verdad; y no sólo yo, sino también cuantos han conocido la verdad, La Biblia Textual 3a Edicion El anciano a la señora electa y a sus hijos, a quienes yo amo en verdad, y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la Verdad, Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Anciano, a la señora Electa y a sus hijos, a quienes amo en la verdad -y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad-; Biblia Reina Valera Gómez (2023) El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, |
también yo, después de haber investigado con exactitud todos esos sucesos desde su origen, me he determinado a escrib rtelos ordenadamente, ilustre Teófilo,
As lo hicieron, y se la remitieron a los ancianos por medio de Bernabé y de Saulo.
Saludad a Rufo, el elegido en el Se or, y a su madre, que también lo es m a.
Pero cuando vi que no proced an rectamente conforme a la verdad del Evangelio le dije a Cefas delante de todos: 'Si tú, siendo como eres jud o, vives a lo gentil y no a lo jud o, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?'.
Pero ni por un momento cedimos ni nos sometimos a ellos, para poner a salvo la verdad del Evangelio entre vosotros.
¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os ha fascinado, a vosotros, ante cuyos ojos ha sido presentado Jesucristo crucificado?
Corr ais bien. ¿Quién os paró de repente impidiendo que siguierais la verdad?
movidos por la esperanza de lo que os está reservado en el cielo y acerca de lo cual habéis sido informados en el mensaje de la verdad, del Evangelio,
que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Porque si después de haber aceptado el conocimiento de la verdad volvemos a pecar deliberadamente, ya no queda más sacrificio expiatorio por los pecados,
santificados por el Esp ritu, según el previo designio de Dios Padre, para recibir el mensaje de Jesucristo y la aspersión de su sangre: que abunden en vosotros la gracia y la paz.
As, pues, a los presb teros que están entre vosotros los exhorto yo, presb tero como ellos, con ellos testigo de los padecimientos de Cristo y con ellos participante de la gloria que se ha de revelar:
Os saluda la iglesia que está en Babilonia, elegida como vosotros, y mi hijo, Marcos.
No os escribo porque no conozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira proviene de la verdad.
Y ahora te ruego, se ora, no como quien escribe un mandamiento nuevo, sino el que ten amos desde el principio: que nos amemos unos a otros.