ni las mismas tinieblas son oscuras para ti, y la noche resplandece como el d a: da lo mismo la luz que las tinieblas.
1 Juan 1:5 - Biblia Castilian 2003 Éste es el mensaje que de él hemos o do y os anunciamos: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Biblia Nueva Traducción Viviente Este es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Este es el mensaje que hemos recibido de él y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay tinieblas. La Biblia Textual 3a Edicion Éste es el mensaje que hemos oído de Él y os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éste es el mensaje que de él hemos oído y os anunciamos: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y este es el mensaje que oímos de Él, y os anunciamos; que Dios es luz, y en Él no hay ningunas tinieblas. |
ni las mismas tinieblas son oscuras para ti, y la noche resplandece como el d a: da lo mismo la luz que las tinieblas.
De David. El Se or es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Se or es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?
de la abundancia de tu casa pueden ellos saciarse; tú les das a beber de un r o de delicias,
En tus atrios un d a vale mil: yo prefiero estar en la puerta de la casa del Se or, que habitar en las tiendas del imp o.
Ya el sol no será para ti luz de d a, y el brillo de la luna de noche no te iluminará; pues Yahveh será para ti luz eterna, y tu Dios será tu esplendor.
Él es quien revela los secretos más profundos, quien conoce lo que hay en las tinieblas, pues en Él mora la luz.
Y éste es el testimonio de Juan, cuando los jud os le enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?'.
La Palabra era la luz verdadera que, llegando a este mundo, ilumina a todo hombre.
Jesús les habló de nuevo: 'Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida'.
Yo recib una tradición procedente del Se or, que a mi vez os he transmitido; y es ésta: que el Se or Jesús, la noche en que era entregado, tomó pan;
el único poseedor de la inmortalidad, que habita en la región inaccesible de la luz, a quien ningún hombre vio ni puede ver. A él, honor e imperio eterno. Amén.
Toda buena dádiva y todo don perfecto son de arriba, descienden del Padre de los astros, en quien no hay fases ni per odos de sombra.
Porque éste es el mensaje que habéis o do desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.
La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.
Ya no habrá noche, y no necesitan luz de lámpara ni luz de sol, porque el Se or, Dios, los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.