La palabra "álcali" designa a un grupo de sustancias químicas con propiedades básicas (o alcalinas) pronunciadas. Si bien la definición corta lo describe como un "hidróxido metálico muy soluble en el agua, que se comporta como una base fuerte", esta descripción no abarca la riqueza histórica y la amplitud de aplicaciones de estas sustancias.
El término "álcali" proviene del árabe al-qalī, que significa "cenizas de plantas". Esto se debe a que las cenizas de ciertas plantas, como la madera y las algas marinas, son ricas en compuestos de potasio y sodio, que al disolverse en agua producen soluciones alcalinas. Estas soluciones se utilizaban desde la antigüedad para la fabricación de jabón, la limpieza y otros fines.
En el pasado, se distinguía entre "álcali vegetal" (carbonato de potasio, K2CO3, obtenido de cenizas de madera) y "álcali mineral" (carbonato de sodio, Na2CO3, obtenido de fuentes minerales como el natrón). La distinción se basaba en su origen, no en su composición química. Con el desarrollo de la química moderna, se comprendió la verdadera naturaleza de estas sustancias y se amplió el concepto de álcali para incluir otros hidróxidos metálicos, como el hidróxido de sodio (NaOH) y el hidróxido de potasio (KOH).
Los álcalis se caracterizan por las siguientes propiedades:
Los álcalis tienen una amplia variedad de usos en diferentes industrias:
Debido a su naturaleza corrosiva, es importante manejar los álcalis con precaución. El contacto con la piel o los ojos puede causar quemaduras graves. Siempre se deben usar guantes, gafas de seguridad y ropa protectora adecuada al trabajar con estas sustancias. En caso de contacto, se debe lavar la zona afectada con abundante agua.
La lejía, un producto de limpieza común, es una solución acuosa de hidróxido de sodio, un álcali fuerte.- Ejemplo de un álcali en la vida cotidiana.