La Disciplina

En toda las sociedades se ha venido dando un fenómeno, (especialmente en países de esta parte del mundo), la anulación de cualquier tipo de disciplina, en las instituciones, los organismos de derechos humanos comenzaron una campaña sistemática contra todo tipo disciplina, así anularon el servicio militar obligatorio de nuestro país, por el rigor de la instrucción que se les impartía a sus soldados, luego se quitaron las amonestaciones y correcciones dentro de las escuelas públicas, hasta se reglamento, que ninguno puede repetir de año, no hay más ningún tipo de sanción en las Escuelas.

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Se aligeraron las condenas del código penal, por ciertos delitos ni siquiera va preso, hasta se votó una ley de derechos, que le otorga un salario y otros beneficios a los delincuentes detenidos, que es mayor, que lo que gana un jubilado o pensionado por vejez.
Esto se trasladó a las familias, si un padre corrige a un hijo y hay algún tipo de castigo físico, un chirlo, o una varita, puede ser demandado por el propio hijo o por cualquier ciudadano..
Esto está tan instalado, dentro de nuestras sociedades, al punto que una veintena de personas, pueden cortar en horas picos cualquier avenida de la ciudad y detener a miles de personas y automovilistas, generando un verdadero caos, la mismas autoridades policiales, no pueden intervenir sin riesgos de perder su trabajo, les agreden, rompen todo alrededor, saquean, asaltan a los ciudadanos, muchas veces lo hacen encapuchados, ocultando su identidad.
La falta de orden y disciplina en cualquier sociedad es anarquía, no puede existir ninguna institución incluida la familia, sin reglas, o sin orden.
Las reglas y el orden implica límites, y sanciones.
La misma Iglesia fue contagiada de este fenómeno, y el «evangelio moderno» se encargó de eliminar dentro de sus congregaciones todo tipo de disciplina, bueno comenzando con los que afirman que la salvación no se pierde, y continuando con los que presentan un evangelio de ofertas sin ninguna demanda, un Dios de amor que todo lo tolera y lo perdona, no importas lo que hagas solo debes de venir, y mientras vengas puedes continuar haciéndolo.

Si comenzamos con la familia, Dios nos enseña a corregir e instruir a nuestros hijos:
«Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor» (Efesios 6:4)
«No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá, lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol (infierno)» (Proverbios 23: 13-14…22:15…29:15)

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Volviendo a la Iglesia, si tenemos a la Biblia como fundamento, no podemos ignorar que en la Iglesia nuevo testamentaria, se practicaba la disciplina para aquellos miembros que pecaban o tenían un mal testimonio, una Iglesia que no practica la disciplina, no es una Iglesia Bíblica, debes salir de allí.
Jesús mismo nos enseñó que hacer con un hermano que peca: (Mateo 18:15-18) primero era amonestarle en privado, a solas, luego delante de dos o tres testigos, luego decirlo, comunicarlo a la Iglesia, y sino obedecía a la Iglesia se le debía considerar como «gentil y publicano» (mundano), la instancia final era la misma Iglesia.
Esto lo vemos en 1 Corintios 5: 1-6, un ejercicio de disciplina contra un miembro en pecado, que debía ser expulsado, cortado de la comunión («entregado a Satanás»).
Lo mismo aparece en 1 Timoteo 1: 19-20
«Manteniendo la fe y la buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar»
La Iglesia contemporánea ha eliminado el recibimiento de miembros, no hay casi ningún requisito para ser miembro de la Iglesia, al no ingresar como miembro, al no «pertenecer» tampoco puede ser sancionado, no se les puede disciplinar o corregir, si peca se les dice: «ore a Dios pídale perdón y todo estará bien»
Esto es correcto, es una parte de la restauración muy importante por cierto, pero no lo es todo.
Juan enseñaba que había pecados que no se podía orar (solo orar para que Dios perdone) ahora bien, si Dios perdona toda clase de pecados (si el hombre se arrepiente) ¿Como perdonaría estos pecados «graves»? (1 Juan 5:16-17)
Muy simple, a través de la disciplina, de la corrección, y la corrección significará perder algunos privilegios, la disciplinas siempre deben aplicarse para restaurar, para aleccionar y producir temor:
«A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman» (1 Timoteo 5:20)
Aquí hay uno de los mecanismos, otros puede ser: dejar el coro, la música, dejar la plataforma, suspenderle el ministerio, suspenderle la Santa Cena, que no active por un lapso de tiempo y en casos más graves cortarlo de la comunión, (excomulgarlo, se llamaría en la Iglesia Romana) (¡¡¡Oh Pastor quienes somos para hacer esto!!) me decía alguien.
Pregunto: ¿si yo conscientemente, sabiendo que alguien está en falta, le ministro igual la Santa Cena, o le permito que continúe predicando o cantando en las reuniones, no estoy compartiendo pecado ajeno, no soy cómplice por omisión?
La Iglesia debe juzgar lo de dentro :…»¡Por que no juzgáis vosotros a los que están dentro? porque a los que están afuera Dios los juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros» (1 Corintios 5:12-13)
Dije la Iglesia, no un pastor en forma individual, se debe tratar cada caso en el consejo de ancianos, de pastores o en el ministerio, se debe confrontar a la persona y escucharle, se deben recoger los testimonios o pruebas en su contra, se deben escuchar las acusaciones y luego se debe determinar, y por último se debe presentar a toda la Iglesia.

Sergio Gebel

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