¿Es pecado usar ropa corta o ceñida?

Pablo instruyó a Timoteo que la mujeres deberían «verstirse con ropa modesta, con decoro y moderación» (1 Timoteo 2:9).

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Pastora le mencionaba a su esposo mientras conducía caminó a  la iglesia. «Simplemente no puedes usar algo así en el escenario».

Sabía exactamente lo que quería decir. Durante el set de adoración, una de los líderes de alabanza llevaba un vestido que cubría la misma piel que un traje de baño ajustado y escotado con una falda corta. Recordando las lecciones del libro: Las batallas de cada hombre, fijé mis ojos en las letras de alabanza o simplemente los cerré para que no pudiera verla.

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«Cuando vistes así«, agregó la esposa del Pastor, «quitas la atención de Dios y la pones en la persona que esta llevando la alabanza simplemente por el hecho de como está vestida«

En un artículo de tendecias de CharismaMag.com, Jennifer LeClarire sugiere que este tema de revelar ropa en la iglesia es preocupante:

Algunas mujeres, y estoy hablando de las llamadas «creyentes maduras», que no son almas perdidas, vienen al santuario de Dios el domingo por la mañana con ropa que quizás prefieres verlas en el club de baile el sábado por la noche.

«Sus blusas se adhieren a su cuerpos, sus escotes se hunden y se estiran tanto que revelan el escote. Nuevamente, no estoy hablando de los amigos que buscan a Dios o de los nuevos creyentes que simplemente no saben más. Estoy hablando  de aquellas que afirman ser miembros de la iglesia «nacidos de nuevo, bautizados, comprados con sangre«. Relato Jennifer.

Pablo instruyó a Timoteo que la mujeres deberían «vestirse con ropa modesta, con decoro y moderación» y le dijo a la iglesia en Corintio que «nuestras partes no presentables tienen mayor modestia» (1 Corintios 12:23). Independientemente de lo caluroso que esté afuera o cuán ocupados estemos, no hay justificación para que las mujeres llenas del Espíritu vallan a las iglesia con ropas que hacen que algunos hombres presten más atención a loas cosas de la carne que las cosas de Espíritu.

Sin embargo, otras mujeres cristianas piensan que tal empuje hacia la modestia se basa en avergonzar a los miembros femeninos de una congregación.

El uso de los dichos lemas como «la más modesta es la más caliente» hace que la mujeres sientan que son la causa principal de tentación, en lugar de enseñarles cómo verse a sí misma como hermosas mujeres hechas a la imagen de Dios. El año pasado, Sharon Hodde Miller ssugirió tres formas de abordar el problema:

La primera solución es prescindir del lenguaje de avergonzar al cuerpo. La vergüenza no es manifiesta.  Pero el lenguaje basado en la vergüenza nos es la retórica de Jesús. Es la retórica de su enemigo.

En segundo lugar, debemos afirmar el valor del cuerpo femenino. El valor o significado del cuerpo de una mujer no es la razón de la modestia. Los cuerpos de las glorifican a Dios. ¡Me atrevo a decir que los pechos, las caderas, el fondo y los labios de una mujer proclaman la gloria de Dios! Cada parte femenina lo honra. Él creó el cuerpo femenino, y es bueno.

Finalmente, el lenguaje sobre modestia no debe centrarse en ocultar el cuerpo femenino, sino en comprender el papel creado por el cuerpo. La inmodestia no es la exposición inadecuada del cuerpo, sino la orientación inadecuada del cuerpo. Se exhorta a los hombres y mujeres a seguir una modestia mediante la cual nuestra gloria se minimiza y Dios se maximiza. El cuerpo, el Espíritu y la mente fueron creados para glorificar a Dios. Cuando nos hacemos centrales en lugar de Dios, mostramos la altura de inmodestia.

Miller hace un punto importante aquí. La iglesia debe hacer un mejor trabajo enseñando «teología» del cuerpo que no esté enraizada en la vergüenza. Todos estamos diseñados por Dios y hechos maravillosamente (Salmos 139:14).

Todo lo que Dios les dio a las mujeres fue creado muy bueno (Génesis 1:31). Pero al mismo tiempo, nuestra naturaleza caída ha impactado la forma en la que vemos (especialmente a los hombres) los cuerpo de las mujeres.

La naturaleza de la carne se interpone en la que una vez fue una perfecta postura de la pureza entre otros. Si bien ya no somos esclavos de nuestras naturalezas pecaminosa (Romanos 6:6), eso no significa que nuestra mentes nos albergan impureza (Romanos 13:14).

Tanto los hombres como las mujeres deben vivir y vestirse de manera que se ayuden humildemente entre nosotros en nuestra debilidades (Gálatas 5:13) Déjanos en los comentarios ¿Cuáles son tus pensamientos sobre la elección de la ropa para la iglesia?

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