Que maravilloso es ver cada día la oportunidad de vida que Dios nos da. Una oportunidad de ver su grandeza, de recibir sus bendiciones y de ser agradecidos. También Él nos da la oportunidad de decidirnos por estar en su camino.
El es un Dios de Palabra, de Libertad, de Libre albedrío; aun siendo Dios como todo un caballero respeta nuestras decisiones y no nos obliga a nada que no queremos en nuestro corazón; aun teniendo el poder para hacerlo, su amor nos demuestra al permitirnos libremente decidir.
Dios nos concedido de un libre albedrío para todo, absolutamente todo; Incluso para tomar malas, terribles decisiones con las que atentamos contra nosotros mismos. Sin embargo aunque su corazón se entristece y se duele por lo errores que cometemos con nuestras determinaciones, su promesa permanece firme y nos deja vivir de acuerdo a lo que nosotros creemos es bueno.
De nada vale ser buena persona, no tener vicios, ayudar al projimo, ser buen padre, madre, hijo, hermano; si al final no permites a Dios guiar tus pasos y ser el dueño de tu vida
¿De qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma?
(Lucas 9:25). Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
No vuelvas a ser esclavo de lo que Cristo ya te libertó. No vuelvas a tomar decisiones equivocadas.
El libre albedrío debe guiarte a decidirte por Jesucristo; por su inefable amor; por su extraordinaria salvación y porque Cristo vive, reina y viene. ¡Gloria a Dios por todo ello!