El poder de la lengua: Lo que Kobe Bryant declaraba acerca de su muerte

Al leer las Escrituras, nos daremos cuenta de que esta engloba una cantidad inmensa de temas, de los cuales en su mayoría, podemos tomar como enseñanzas para nuestro diario vivir.

Uno de estos temas solemos escucharlo frecuentemente, y es con respecto a las palabras y el poder que tiene nuestra lengua (esto lo encontramos en Santiago capítulo 3).

El escritor comienza hablando acerca del diminuto tamaño de este miembro de nuestro cuerpo; y enfatiza el hecho de que no importa cuán pequeña sea la lengua, ésta es capaz de provocar grandes daños y males.

Santiago le otorga a la lengua dos habilidades, que son BENDECIR y MALDECIR. Aunque si leemos varios libros atrás, poco después del centro de la Biblia, en el libro de Proverbios, Salomón le otorga a este miembro otras dos habilidades con un peso mayor; el poder de la VIDA y de la MUERTE (Proverbios 18:21).

A cada ser humano se le ha dado un gran poder con una gran responsabilidad, debido a que debemos responder por aquello que decidamos pronunciar con nuestras bocas.

Un caso de la vida real

Recientemente, ocurrió un hecho que devastó a gran parte del mundo, la muerte del famoso basquetbolista Kobe Bryant; quien perdió la vida en un accidente aéreo.

Ante este acontecimiento, Tracy McGrady, uno de sus colegas, reveló en una entrevista algunas palabras que Bryant solía decir; y que al ponerlas en perspectiva con este tema, nos hace entender el verdadero poder que tienen nuestras palabras.

«Yo quiero morir joven, quiero ser inmortalizado. Quiero que mi carrera sea mejor que la de Michael Jordan y quiero morir joven», estas eran las palabras que el famoso jugador decía, según comenta su compañero.

La Biblia es muy clara al especificar las grandes habilidades de la lengua para influir en la vida de las personas; incluso en la propia.

No somos Dios para saber todas las cosas pero fácilmente podemos declarar algo sobre alguien y puede cumplirse debido a que Dios ha depositado eso en nosotros; lamentablemente, Kobe no midió la magnitud de lo que estaba diciendo.

Por otro lado, así como declaramos, también Dios nos ha dado la habilidad de «quebrantar los decretos», lo que nos permite cancelar y dejar nulas las palabras de maldiciones conferidas por nuestra persona o por alguien más.

Santiago aclara que dos aguas no pueden brotar de la misma fuente (Santiago 3:11-12); lo que nos hace entender por la revelación que no podemos hacer ambas cosas (bendecir y maldecir); o hacemos una o la otra.

Te motivamos a orar y reflexionar sobre cómo has estado usando últimamente tu lengua y si es necesario, cambiar tu vocabulario.