¡ALERTA IGLESIA! Estas son las consecuencias de la mala higiene en los micrófonos

El micrófono es el instrumento usado para dar aumento al sonido, el cual transforma las ondas sonoras en energía eléctrica.

Estas son las consecuencias de la mala higiene en los micrófonos
Estas son las consecuencias de la mala higiene en los micrófonos
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A la hora de dar un discurso y transmitir un mensaje a grandes masas, es de vital importancia.

En el caso de las congregaciones, este instrumento es el «protagonista» al momento de alabar, orar y predicar desde un púlpito.

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Sin embargo en muchas ocasiones no se le da el cuidado necesario a este aparato, muchas veces por ignorancia, ya que muchas personas quizás desconocen las enfermedades que un micrófono sucio puede ocasionar.

Partículas de saliva y bacterias son depositadas en un micrófono cada vez que usa, y aún más en las iglesias donde su uso es muy constante.

Es por ello que las consultas al médico por infecciones a nivel de garganta, se han echo más comunes en la población cristiana

Por tal motivo, los médicos recomiendan a quienes hacen uso constante de estos instrumentos, a estar muy atentos en cuanto a la higiene que estos requieren.

¿Cómo hacer la limpieza de los micrófonos?

1. Se debe retirar con cuidado los tornillos de la rejilla delantera del micrófono.

2. Colocar agua tibia en un bol, agregando también un poco de jabón o algún liquido de limpieza que no sea muy fuerte.

3. Se puede utilizar un cepillo de dientes y sumergirlo en el agua tibia, para así remover cualquier suciedad que esté adherida a la rejilla.

4. Se debe dejar que la rejilla se seque por completo, no debe colocarse si aún está húmeda, porque se puede dañar el micrófono.

5. El mantenimiento de los micrófonos debe hacerse semanalmente, tomando en cuenta que las bacterias se reproducen en tan solo minutos.

Es importante que la iglesia considere la limpieza de los equipos, como una forma de «honrar a Dios».

Porque aunque Dios tiene cuidado de todas las cosas, la congregación tiene el deber de garantizar un buen cuidado de todas los equipos que el Señor les ha dado para su servicio.

Recordando que la limpieza de la congregación también es una forma de servicio y agrado al Señor.

«Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres», Colosenses 3:23.

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