3 consejos para deshacerte de la envidia

La envidia representa el sentimiento de desagrado o molestia ante el éxito logrado o los bienes obtenidos por otra persona.

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La envidia es un sentimiento que está por todos lados; donde quiera que haya un grupo social, siempre habrá una persona que desea obtener lo que la otra tiene.

Sentirse opacado ante los logros de otras personas es algo normal, el problema es dejar que ese sentimiento se adueñe de las vidas.

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La envidia parece habitar en las vidas como un huésped indeseado que nunca se va de la casa, pero la realidad es que no es imposible deshacerse de ella.

¿Has sentido envidia alguna vez? A continuación 3 maravillosos consejos para acabar con la envidia.

1. Reconoce que tienes envidia

El primer paso para deshacerse de la envidia es reconociéndola. Cuando se admite que hay envidia en el corazón, se está aceptando que hay un sentimiento negativo y que desea cambiar respecto a ello.

Fingir que no se siente envidia es un grave error que da cabida a otros sentimientos negativos que pueden llegar afectar de manera emocional.

Se puede engañar a los demás pero jamás a Dios, Él conoce las verdaderas intenciones que hay en el corazón, ¡No te engañes a ti mismo!

«Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad», Santiago 3:14.

2. Aprende a mirar con amor

Mirar a través de los ojos de Dios implica aprender a gozarse con los logros de los demás, sabiendo imitar para con los otros el mismo trato y afecto que se recibe de Dios.

Una de las formas de mirar a otros con amor es leyendo la Biblia; en ella se demuestra el amor de Dios por la humanidad.

«El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso», 1 Corintios 13:4.

3. Pon tus deseos en manos de Dios

La manera más efectiva de obtener lo que se desea es a través de la oración, ella es la fortaleza para el creyente. La Biblia dice que si se le pide algo al Padre de acuerdo a su voluntad, Él lo concederá.

Para Dios no hay nada oculto, de manera que si hay envidia en el corazón, es necesario decírselo al Señor en oración, Él es el único que puede ayudar a una persona a deshacerse de aquello.

«Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones», Santiago 4:2-3.

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