Lo que ha caracterizado los momentos más altos del pueblo de Dios, tanto en los tiempos bíblicos como en la historia de la iglesia, es el reconocimiento de dimensión espiritual, es decir cuando se ha reconocido la presencia del Espíritu Santo y la realidad de los demonios: su maldad, su capacidad de influir en los seres humanos y la necesidad de establecer límites para no darles lugar.
Un cristiano que reconoce la realidad de los poderes de Satanás y de su oposición a la obra de Dios, no le va a dar lugar al diablo en su vida, va a resistir a Satanás, va a echar fuera demonios y va a ser una persona de oración.
«El Paganismo» niega que Jesús es el Salvador y el único mediador entre Dios y nosotros, es una religión falsa.
No seas parte de ello!