Poderoso! Misioneros en Brasil ayudan a los refugiados Venezolanos que emigran a otros países

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Consciente de la crisis humanitaria que obliga a cientos de venezolanos a cruzar la frontera con Brasil en busca de una nueva vida, la misión Cristo sin Fronteras decidió actuar.

El pastor Rudi Sano, de la Comunidad Bautista Vida Nova, acompañado del voluntario William Dias Neri, salieron de su base en Guaramirim, Santa Catarina, y recorrieron más de 3.400 kilómetros de avión hasta Boa Vista decididos a extender la mano a los refugiados.

Según la alcaldía de la capital de Roraima, cerca de 40 mil personas están abrigadas en la ciudad. Desde el día 22 de febrero Rudi y William ayudan a niños, adultos y ancianos que se extienden por las plazas, sin saber a dónde ir.

El pastor cuenta que los venezolanos huyen del país gobernado por Nicolás Maduro de varias maneras: «La gente está llegando aquí a pie. Ellas van hasta la frontera entre Brasil y Venezuela y llegan a una ciudad llamada Pacaraima. De allí hasta aquí, son 220 kilómetros y ellas están haciendo eso a pie. Unos pocos consiguen venir en autobús porque tienen un poco de dinero, pero la mayoría viene a pie. Son dos o tres días de caminata con niños de cuello y maletas. Otros consiguen coger un autobús porque tienen un poco de dinero».

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Los misioneros catarinenses, además del evangelio, están ofreciendo comida, algo que se ha convertido en un lujo en la república socialista vecina. «Estamos en la plaza principal de la ciudad, ubicada frente a la carretera, la plaza Simón Bolívar. En algunos días tienen mil, otros días tienen dos mil personas y en otros días tienen tres mil personas. Estamos trabajando con la preparación y la distribución de la sopa», cuenta.

Además, distribuyen kits de higiene, con pañales, jabón, pasta de dientes. En algunos casos están ofreciendo barracas para aquellos que van llegando y no tienen dónde quedarse.

Rudi cuenta que, además de las plazas, muchos refugiados fueron asignados en gimnasios de deporte. Como no hay lugar para todos, muchos se quedan por las calles de la ciudad. El hecho es que el caos social se instaló en Boa Vista y el gobierno local poco ha logrado hacer para ayudar a todos refugiados.

Con gran experiencia en trabajos misioneros, Rudi recuerda que ya trabajó con indios en Mato Grosso, ribereños en Rondônia, habitantes de la calle en San Pablo e hizo viajes misioneros hacia Líbano, Irak, Jordania e Israel.

Uno de sus planes es llevar a algunos refugiados venezolanos a Guaramirim, donde se encuentra su iglesia. Allí van a organizar talleres profesionales para ayudar a los extranjeros a aprender nuevas profesiones y prepararse para el mercado de trabajo brasileño.

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