En el norte de la India, tres cristianos fueron encarcelados por aproximadamente dos meses de manera injusta. Durante su estadía en aquel lugar, sufrieron golpes y maltrato verbal por parte de otros reclusos.
Según la información proporcionada por Morning Star News, el autor de la acusación hacia estos creyentes se retractó de lo que dijo luego de que la policía no encontrara irregularidades.
El pastor Ajay Kumar, de 23 años, el pastor Om Prakash, de 20 años de edad y Kapil Dev Ram, un creyente de 62 años; fueron encarcelados de manera injusta y puestos en libertad bajo fianza a finales del mes de enero.
Kumar, quien calificó su estadía en prisión como una “pesadilla”, explica que en medio de todo lo que diariamente vivían, comenzaron a compartir el evangelio con los presos.
Este pequeño grupo de tres creyentes fueron acusados de conversión forzada, lo cual no era cierto; pero cuando los reclusos se enteraron de su caso comenzaron a despreciarlos y a correr la voz.
En diversas ocasiones, cuenta el pastor Kumar, que varios presos fueron hacia donde él se encontraba; pero que todo se puso peor cuando una noche lo golpearon y patearon.
«Usaron un lenguaje vulgar y nos preguntaron cuánto dinero extranjero ganamos al hacer conversiones», dijo Kumar.
«Nos exigieron dinero y nos pidieron que compartiéramos el presunto botín con ellos. Y cuando les explicamos que no había dinero involucrado, me golpearon con golpes y patadas. Salvaron a Kapil (Ram) de las palizas, ya que es un hombre mayor, y dijeron que tuve que ser golpeado por él», añadió.
Aunque parecía que todo estaba en su contra a causa de su fe, empezaron a ver como las cosas cambiaban cuando un recluso le entregó su vida a Cristo.
Kumar revela que uno de los reclusos influyentes dentro de la prisión se le acercó para pedirle que orara por él.
«Un día se rompió y comenzó a confesar sus pecados en oración; y se fue a dormir por la noche», dijo Kumar.
«Los prisioneros con problemas también comenzaron a molestar a este hombre, preguntándole por qué comenzó a orar con los cristianos, a quienes respondió: Cuando estaba molesto, nadie me ayudó. Fue Ajay quien me habló de Cristo y me consoló», respondió.
Poco antes de salir de prisión, el recluso le dijo al ministro que creía en Cristo y quería entregarle su vida.
En otra sección de la prisión, Prakash tenía varicela y fue puesto en cuarentena por casi dos semanas. Pero se las ingenió para poder predicarle a unos 75 reclusos y poder orar cuatro horas al día.
«Aunque pasé por muchos problemas y dificultades, estaba feliz de estar adentro, haciendo la obra del Señor», dijo Prakash.
Con respecto al hombre que presentó la declaración de conversión forzada, dijo que una declaración jurada que estaba confundido al momento de presentar la queja.
Se enteró de que no había “conversión forzada”, sino que los pastores estaban dirigiendo un servicio de oración.