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Las autoridades de la iglesia católica insisten en que todo fiel y clérigo tiene la «obligación» de vacunarse aún así el medicamento esté hecho con restos de bebés abortados; todo por el bien de los demás.
La Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales (CBCEW) ha declarado que los católicos tienen el deber «primordial» de ser vacunados.
Mencionando una carta escrita en 2005 desde el Vaticano que señala que muchas vacunas contienen células derivadas de bebés abortados, los obispos británicos ahora apoyan la idea de que toda vacuna recomendada «puede usarse con conciencia tranquila».
«La Iglesia Católica apoya firmemente la vacunación y considera que los católicos tienen el deber prima facie de ser vacunados», se lee en una nueva carta publicada el pasado 30 de julio.
Este escrito también señala la «obligación» que todo fiel tiene de vacunarse tanto por el bien propio, como por el de los demás.
«Creemos que existe una obligación moral de garantizar la cobertura de vacunación necesaria para la seguridad de los demás. Esto es especialmente importante para el descubrimiento de una vacuna contra COVID-19″, continúan los religiosos.
La declaración está firmada por los obispos Paul Mason y John Sherrington quienes según la CBCEW desempeñan los cargos de «Obispo principal para la atención médica» y «Obispo principal para asuntos de la vida», respectivamente.
UK bishops: Catholics have a ‘duty to be vaccinated,’ even if shots made using aborted babies https://t.co/Gn8lG5O18T
— LifeSite Catholic (@LSNCatholic) August 3, 2020
Un caso polémico
Un hecho que ha sido polémico para muchos frente a esto, es la confusión que la iglesia parece estar presentando.
La controversia gira en torno a que el catolicismo no apoya los movimientos abortistas; pero aprueban el uso de medicamentos que contienen células de bebés que murieron por esta causa.
Los religiosos anteriormente nombrados más tarde escribieron: «La Iglesia Católica ora y alienta a todos aquellos que buscan encontrar una vacuna contra este virus destructivo. Esperamos que sea posible el abastecimiento ético de dicha vacuna».
Esta situación ha hecho que muchas personas se pronuncien para la desaprobación del uso de este tipo de vacunas.
Entre ellos se encuentran líderes católicos como el obispo Joseph Strickland de Texas.
El religioso reiteró su oposición a las vacunas creadas con líneas celulares de bebés abortados y lo hizo saber por medio de su cuenta de Twitter.
«Renuevo mi llamado para que rechacemos cualquier vacuna que se desarrolle con niños abortados», tuiteó Strickland.
«Incluso si se originó hace décadas, todavía significa que la vida de un niño terminó antes de que naciera y luego su cuerpo fue utilizado como repuesto. ¡Nunca terminaremos el aborto si no TERMINAMOS ESTE MAL!».
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I renew my call that we reject any vaccine that is developed using aborted children. Even if it originated decades ago it still means a child’s life was ended before it was born & then their body was used as spare parts. We will never end abortion if we do not END THIS EVIL!
— Bishop J. Strickland (@Bishopoftyler) August 1, 2020
