Un astrónomo y físico brasileño gana premio por demostrar que la ciencia y la fe en Dios no son enemigas a pesar de no ser creyente, pues con libros y estudios publicados reconoce ante el mundo que todo lo que existe fue creado por Dios.
Marcelo Gleiser de 60 años, nacido en Río de Janeiro y criado en EE.UU, es agnóstico, pero con sus trabajos da a conocer que Dios si existe y que sus prácticas científicas no están “en contra de la existencia del Creador del Universo”, pues dice que el conocimiento humano es limitado.
Siendo profesor de física y astronomía en Darthmouth College de New Hampshire, dice mantener la mente abierta en cuanto a las creencias, “el ateísmo es incomparable con los métodos científicos. El ateísmo es una creencia en la no-creencia. Entonces usted niega categóricamente algo en contra de lo que no tiene pruebas. Mantengo mi mente abierta pues entiendo que el conocimiento humano es limitado”, expresó.
Irónicamente, este científico fue premiado por una organización que lleva el nombre de un presbiteriano que “buscaba pruebas de la existencia y actuación divina en todas las ramas de la ciencia”, el cual recibirá este año en Nueva York, siendo el primer latinoamericano en ganar este reconocimiento tan prestigioso que puede llegar a compararse con el premio Nobel.
Gleiser ha publicado varios manuscritos donde investiga como la ciencia y la religión intenta responder las preguntas acerca de los orígenes de la vida y el universo, “la primera cosa que ves en la Biblia es una historia de creación. Sea cual sea su religión, todo el mundo quiere saber cómo comenzó el mundo”, dice.
Con todos los conocimientos que tiene sobre la ciencia, destaca el valor de la humildad pues sabe que los estudios que se hagan no podrán responder todas las preguntas acerca del origen del mundo como lo puede hacer Dios a través de la Biblia, “La ciencia puede dar respuestas hasta cierto punto. Debemos tener la humildad de aceptar lo que está a nuestro alrededor”, explica Gleiser.
Como punto para finalizar y es por lo que se ha llevado el reconocimiento de muchos es por explicar que la ciencia y la religión no son enemigas porque simplemente “No puede matar a Dios”, “Las personas que encaran a los científicos tachándolos de enemigos es porque tienen una visión muy anticuada de ambas cosas, pues los científicos no pueden matar a Dios y la ciencia tampoco”, dice.
“Es absurdo que científicos famosos hacen pronunciamientos sobre la cosmología y el origen del universo diciendo que no necesitan a Dios, pues allí no están explicando nada sobre el principio de la creación”, finaliza.