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El Estado Islámico confiscó su edificio de la iglesia, demolió sus objetos de valor y quemado sus Biblias. A pesar de esto, un pastor cristiano y los diáconos de la iglesia continúan sosteniendo los servicios y la celebraciones, las funciones se cumplen y las oraciones ascienden a Dios.
A pesar de los intentos del Estado Islámico de destruir todas las pruebas del cristianismo en Irak y Siria, la Iglesia sigue funcionando, sirviendo como una enorme fuente de estímulo y refugio a los desplazados por el terror.
Un informe reciente del grupo ‘Vigilancia a la persecución’ del ministerio Puertas Abiertas con sede en EE.UU., señalo que en los últimos años, numerosas iglesias antiguas y monasterios se han demolido una tras otra por militantes ISIS. Además, cientos de miles de cristianos han sido expulsados de sus hogares y muchos otros asesinados a causa de su fe.
«Como un occidental, no se puede imaginar el impacto mental alarmante que causa esta devastación en curso», dijo Robert coordinador de Puertas Abiertas para Siria e Irak, refiriéndose a los que viven en las regiones bajo control ISIS. Sin embargo, a pesar de esa destrucción, la Iglesia continúa siendo más relevante que nunca, revela. En las regiones que repelen ISIS, las iglesias cristianas son los principales proveedores de alimento y refugio a los desplazados por el terror. «Los cristianos desplazados pidieron ayuda a iglesias y fue allí donde se encontraron con los pastores y creyentes que les proporcionaban sus necesidades esenciales. En la mayoría de los casos todavía lo hacen.»
«Los cristianos sirios trabajan arduamente en la ayuda a los más de siete millones de personas internamente desplazadas», continuó. «Todo elementos tangibles de la iglesia han desaparecido, sin embargo, la Iglesia como Cuerpo de Cristo sigue funcionando.
Fuente: BC News
