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Anthony Levandowski es conocido y admirado debido a su experiencia con robótica, aunque su nombre ha ganado contornos negativos recientemente. Y ahora el hombre que desempeñó un papel importante para el desarrollo de la automatización de vehículos puede estar a punto de entrar en los focos de nuevo, pero por un motivo bien inusitado.
El reportero Mark Harris, que escribe para el Backchannel, descubrió que Levandowski fundó una organización religiosa que tiene los robots como figura divina. Llamada Way of the Future, la entidad se registró en septiembre de 2015, pero poco se sabe sobre sus intenciones.
El papel de fundación sólo indica que la idea de Way of the Future es «desarrollar y promover la realización de una divinidad basada en inteligencia artificial», y que ella pretende, «a través de conocimiento y devoción a la divinidad, contribuir a la mejora de la sociedad «.
Levandowski aparece como CEO y presidente de la organización, y no llega a sorprender que una persona con su personalidad esté detrás de algo así. Él fue uno de los pilares para el desarrollo de las iniciativas tanto de Google y de Uber en el sentido de poner coches sin conductores en las calles, tanto que ambas ahora se enfrentan en los tribunales porque Levandowski habría llevado tecnología de Google a Uber cuando saltó de una compañía la otra.
El reportaje del Backchannel que reveló la apertura de la iglesia trajo varias entrevistas con personas de la convivencia de Levandowski, y queda claro que él siempre tuvo una cierta obsesión por la idea de que un día los robots tomarán dominio del mundo, transformando a los humanos en una sub-categoría. Una de esas personas, por ejemplo, comentó que el ex compañero quería controlar la Tierra, «y los robots eran el medio de hacerlo».
«Él hablaba de comenzar un nuevo país en una isla», dijo el testigo. Intercambios de mensajes entre él y Travis Kalanick, fundador y ex CEO de Uber, corroboran esas afirmaciones, porque ellas revelan que Levandowski llegó a comentar con el entonces jefe: «Vamos a tomar el mundo. Un robot a la vez. «
