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Aunque vio a su esposo morir a manos de estos terroristas, esta creyente decidió no negar su fe, y obtuvo la victoria en aquella situación.
Este año, Nigeria entró en el top 10 de los países donde más persiguen a los cristianos según la lista anual de la organización Puertas Abiertas.
La nación y sus comunidades cristianas son constantemente acosadas por los grupos musulmanes extremistas Boko Haram y Fulani. Uno de estos ataques cambió la vida de Afordia y su familia cuando recibieron la visita inesperada de Boko Haram.
«Tuve que pasar bajo los techos ajenos para evitar explosiones de bombas, evitar disparos, esconderme para intentar llegar a mi casa y proteger a mis hijos», dijo Afordia en su entrevista con David Curry, consejero delegado de Puertas Abiertas Estados Unidos.
Lamentablemente, su esposo fue asesinado a tiros en el ataque, pero ella logró escapar con sus hijos.
La mujer cristiana comentó que se encontraba con su marido en el auto cuando lograron ver a los terroristas.
«En el momento en que vi a Boko Haram, inicialmente pensé que era el ejército nigeriano, porque estaban completamente vestidos como soldados. Así que continué diciendo: ‘Bendito sea el nombre del Señor, el ejército nigeriano vino a ayudarnos'», recordó.
Pero fue su esposo el que se percató de que no eran miembros del ejército nigeriano, sino militantes del grupo terrorista.
«En el momento en que me detuvieron, mi esposo salió del auto y lo seguí. Así que ambos estábamos parados frente a ellos. Empezaron a preguntarle a mi marido: ¿eres infiel o musulmán?.. Mi marido respondió: ‘No soy un infiel, soy un cristiano'», dijo.
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Luego de aquello, Afordia recuerda que llevaron a su pareja al otro lado de la carretera, allí le pidieron que se arrodillara y cuando este terminó de orar lo mataron a tiros.
Aquel momento no le causó desesperación o un sentimiento de llanto, simplemente lo describe como «quedarse sin habla».
«En el momento en que escuché el primer disparo, fue como si mi espíritu saltara fuera de mí. Yo era como un palo seco. No grité, solo me quedé sin palabras. Estaba pensando: ‘¿De verdad me está pasando esto? ¿No es esto un sueño?», sostuvo. «Pero de repente, algo me dijo: ‘Ora a Dios'».
Así como a su esposo, a ella también le preguntaron sobre su fe, y ella decidida dijo que también era cristiana como su esposo.
Cerró los ojos para orar y esperar el disparo en alguna parte de su cuerpo, pero en vez de eso una persona, que cree era de los mismos militantes, detuvo a quien le iba a disparar y le pidió que la dejara en paz.
David Curry se conmovió con su testimonio, y le preguntó a Afordia cómo podían las personas de otros países orar por ella y la gente de su nación.
Ella respondió: «Me gustaría que oraran por nosotros, que Dios nos libere de asesinatos tan crueles, para que Dios fortalezca nuestra fe y sane nuestros corazones de los traumas por los que hemos pasado».
