«ALERTA» Se denuncian al Vaticano por «explotación» del trabajo a las monjas

El reportaje parte de la revista «Donne, Chiesa, Mondo», un suplemento mensual del Osservatore Romano  llama la atención por su lenguaje duro incluso siendo parte de una publicación oficial de la Santa Sede.

Sobre el trabajo de las monjas, describiendo las actividades comunes de monjas que cocinan, limpian y sirven las mesas de cardenales, obispos y sacerdotes, sin recibir por ello.

El reportaje oyó a cientos de monjas, que tuvieron sus nombres ocultos para evitar persecuciones, revela que muchas de ellas «sirven a los hombres de la iglesia, se levantan por la mañana para hacer el café, y van a dormir después de que la cena de ellos esté servido, limpia y la ropa lavada y pasada «. 

Ellas reciben un sueldo «escaso y modesto». En muchos casos estas monjas, que hicieron voto de pobreza, simplemente no tienen ingresos, pues son parte de órdenes religiosas y enviadas a las residencias de los oficiales de la iglesia como parte de sus atribuciones.

Una de las monjas, identificada como ‘hermana Mary’, testifica  que las monjas rara vez son invitadas a sentarse a la mesa que ellas mismas prepararon y acaban comiendo en la cocina, muchas veces solas.

Otra monja dijo que ella sabía de hermanas que tenían PhD en teología o filosofía y habían sido, sin explicación, relegadas a hacer tareas domésticas que «no tenían relación con su formación intelectual».

Las experiencias de estas monjas, lamenta la publicación, podría ser «transformada en riqueza para toda la Iglesia, si la jerarquía masculina pudiera ver la necesidad de una verdadera reflexión sobre el poder (en la Iglesia)».

Hay un número casi insignificante de mujeres en posición de liderazgo dentro del Vaticano, con la más prominente siendo Barbara Jatta, que recientemente fue nombrada como la responsable de los museos del Vaticano. Es la primera vez que una mujer ocupa esa posición en la historia.

Según la Associated Press (AP), el asunto es visto en el seno de la Iglesia Católica como una especie de reacción al movimiento #metoo, que estimula a las mujeres a denunciar los abusos que sufrieron y que ya derrumbó a productores y directores de Hollywood, además de políticos. La versión digital fue incluso elimina del aire .

«Hasta ahora, nadie había tenido el coraje de denunciar estas cosas«, aseguró la editorial de la revista, Lucetta Scaraffi