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Sacrificios y ofrendas Que es, Concepto y Definicion




Sacrificios y ofrendas - Diccionario Alfonso Lockward

El término hebreo zabah se traduce como “sacrificar” en el AT cuando el acto tiene propósitos religiosos (“... a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios” (Génesis 22:13) «Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo».

Lo esencial en la mayoría de los s. era la entrega de la vida de un animal, lo cual se realizaba mediante el derramamiento de su sangre (“Porque la vida de la carne en la sangre está ... y la misma sangre hará expiación de la persona” (Levítico 22:17-25). No se permitían ofrendas de animales salvajes.

El s. por el pecado. Dependiendo de la categoría de la persona que había cometido la infracción, había que traer un determinado tipo de animal. Si el sumo sacerdote pecaba, su ofrenda debía ser de “un becerro sin defecto para expiación” (Levítico 5:11) «Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación».

Ofertante ponía sus manos sobre el animal, lo que constituía un acto simbólico para señalar su identificación con la ofrenda (“... pondrá su mano sobre la cabeza del becerro” (Levítico 6:25-26).

Ciertos ritos especiales de purificación se requería también un s. por el pecado. Generalmente lo ofrecido eran ovejas o pájaros. Los principales casos son: Para la purificación después de un parto (Números 29:19) «y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, y su ofrenda y su libación».

El s. por la culpa. Este s. se regía por los mismos criterios rituales que el s. por el pecado (“Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa: una misma ley tendrán” (Levítico 19:20-22), pues esto también se consideraba como una afectación a la propiedad ajena.

El holocausto. Este s. se hacía como una expresión de una entrega total a Dios. La palabra hebrea olam, equivalente a holocausto, quiere decir “aquello que va arriba”. La ofrenda, que debía ser “de ganado vacuno u ovejuno” (Números 29:17-34).

En algunos ritos de purificación se requería un holocausto. Los principales casos son: Para la purificación después de un parto (Números 29:19) «y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, y su ofrenda y su libación».

El s. de paz. La particularidad principal de esta ofrenda era que siempre culminaba con una comida comunal, en la cual participaban los sacerdotes y el ofertante y sus familiares. El animal podía ser “de ganado vacuno, sea macho o hembra”, así como ovejas o cabras (Números 6:17-20), en la consagración de un sacerdote o para eventos conmemorativos especiales.

La oblación. Juntamente con el holocausto, así como con los s. de paz (Levítico 15:30) «y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza».

Las libaciones. En los holocaustos y los s. de paz se hacía también una •libación, de la cual se dice que era “olor grato a Jehová”, pero nunca como parte de un s. por el pecado o por la culpa. Se usaba vino en una cantidad que era diferente según el sacrificio fuera de un carnero, un cordero o un novillo (Números 6:17) «y ofrecerá el carnero en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones».

Las ofrendas mecidas y elevadas. En algunos casos, parte de la ofrenda era tomada por el sacerdote y mecida. Esto sucedía, por ejemplo, en la ofrenda que se hacía para la consagración de los sacerdotes (“... y lo pondrás todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Jehová” (Éxodo 38:29) «El bronce ofrendado fue setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos».

Las ofrendas votivas o voluntarias. Estas ofrendas se hacían con motivo de algún voto hecho ante Dios, o por el simple deseo de gozarse de la presencia de Dios en su santuario. En el caso de que se realizara de manera espontánea, que no obedecía a ninguna ordenanza u obligación, se permitía comer de la carne el mismo día del sacrificio o al día siguiente. Pero al tercer día había que quemar lo que restaba (2 Crónicas 35:8) «También sus príncipes dieron con liberalidad al pueblo y a los sacerdotes y levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes, para celebrar la pascua, dos mil seiscientas ovejas y trescientos bueyes».

El mal del ritualismo. Los profetas criticaron acremente a los israelitas porque habían caído en un mero ritualismo con todo el sistema de s. Así, leemos en Isaías: “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros.... ¿Quién demanda esto de vuestras manos...? No me traigáis más vana ofrenda” (Miqueas 6:6-8). De manera que es evidente que todos los sacrificios tenían un propósito espiritual que nunca fue totalmente aprehendido por los israelitas, que se quedaron en el hecho material mismo, sin que sus ofrendas fueran un reflejo de su sinceridad de corazón delante del Señor.

El concepto de s. en el NT. Ya en los días del ministerio terrenal del Señor Jesús algunos rabinos y escribas, interpretando correctamente las enseñanzas de la ley y los profetas, habían llegado a la conclusión de que el amar a Dios “con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios” (Hebreos 9:26) «De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado».

Una consecuencia del s. de Cristo, los creyentes deben presentar sus “cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios” (1 Pedro 2:5) «De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado». •Dedicación, Fiesta de la, •Expiación. •Jubileo, Año del, •Pascua, •Pentecostés, •Purim, •Sábado, y •Sacrificios.

Sacrificios y ofrendas - Diccionario Mundo Hispano

(heb., ze-vah; gr., thysia, sacrificio, ofrenda). Es un acto religioso que pertenece a la adoración en la que se hace una ofrenda a Dios de algún objeto material perteneciente al que hace la ofrenda. Los sacrificios han sido clasificados en una variedad de formas, primordialmente los siguientes:

( 1 ) Aquellos en nombre de toda la congregación y aquellos en nombre de un individuo;

( 2 ) Animales o sacrificios cruentos y ofrendas incruentas;

( 3 ) Sacrificios que asumen un pacto imperturbable de relación y aquellos que tienen la finalidad de restaurar una relación que ha sido perturbada.

( 4 ) Sacrificios de animales, sacrificios vegetales, ofrendas de líquidos y de incienso.

( 5 ) Sacrificios hechos sin la ayuda de un sacerdote, los que son hechos por un sacerdote solo y los que son hechos por un laico con la ayuda de un sacerdote.

( 6 ) Los sacrificios que le rinden homenaje a Dios, los que son diseñados para hacer expiación por el pecado y las ofrendas de paz (expresar o promover relaciones pacíficas con Dios).

( 7 ) Sacrificios dedicados de sí mismo, sacrificios de eucaristía y sacrificios expiatorios.

( 8 ) Los sacrificios en el que la ofrenda era totalmente dedicada a Dios, y sacrificios en el que Dios recibió una porción y el adorador festejó con la sobrante.

Los sacrificios de Caín y Abel (Éxodo 19:4-8). Los sacrificios eran incidentales, es decir, ayudas para la obediencia, pero sin valor aparte de ella.

Cada ofrenda tenía que ser la propiedad honestamente adquirida del que hace la ofrenda (2 Samuel 24:24) «Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata». Los únicos animales aptos para el sacrificio eran los bueyes, las ovejas, cabras y las palomas. Los productos del campo aptos para la ofrenda eran el vino, el aceite, los granos, ya sea en la forma de espiga o en la forma de harina, masa o tortas. Los sacrificios eran de dos clases: animal (con el derramamiento de sangre) y vegetal o incruento.

Sacrificios de animales.

1. La ofrenda expiatoria (Levítico 12:6-8); y por pecados cometidos deliberadamente, aunque confesados voluntariamente después.

2. La ofrenda por la culpa (Levítico 6:7). Esta fue una clase especial de ofrenda por el pecado y era ofrecida por las transgresiones donde se podía hacer, o se hacía alguna restitución o alguna otra satisfacción legal.

3. El holocausto (Levítico 1). Era totalmente consumida sobre el altar, aunque en otros sacrificios de animales solamente la grosura era quemada. El propósito de la ofrenda era propiciación y la entera consagración del adorador al Señor.

4. Ofrendas de paz (Levítico 3). Eran denominadas sacrificios de paz porque eran ofrecidas por los que estaban en paz con Dios para expresar gratitud y obligación a Dios, y compañerismo con él.

Sacrificios vegetales, o incruentos. Estos eran de dos clases y eran ofrecidos sobre el altar del atrio.

1. Las ofrendas vegetales (Levítico 5:11) «Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación».

2. Las libaciones no eran ofrendas independientes bajo la ley, sino que eran hechas únicamente en relación con la ofrenda vegetal que acompañaba todos los holocaustos y todas las ofrendas de paz que eran de nazareo, ofrenda de un voto o voluntaria (Números 15:1-2).

Aparte de las tres anteriormente mencionadas, otras tres ofrendas eran regularmente hechas en el lugar santísimo: los 12 panes de la proposición o de la presencia, renovados todos los sábados; el aceite para el candelero de los siete brazos que se llenaba cada mañana; y el incienso para el altar del incienso, que se renovaba cada mañana y noche.

Sacrificios y ofrendas - Douglas Tenney

(heb., ze-vah; gr., thysia, sacrificio, ofrenda). Es un acto religioso que pertenece a la adoración en la que se hace una ofrenda a Dios de algún objeto material perteneciente al que hace la ofrenda. Los sacrificios han sido clasificados en una variedad de formas, primordialmente los siguientes: ( 1 ) Aquellos en nombre de toda la congregación y aquellos en nombre de un individuo; ( 2 ) Animales o sacrificios cruentos y ofrendas incruentas; ( 3 ) Sacrificios que asumen un pacto imperturbable de relación y aquellos que tienen la finalidad de restaurar una relación que ha sido perturbada. ( 4 ) Sacrificios de animales, sacrificios vegetales, ofrendas de líquidos y de incienso. ( 5 ) Sacrificios hechos sin la ayuda de un sacerdote, los que son hechos por un sacerdote solo y los que son hechos por un laico con la ayuda de un sacerdote. ( 6 ) Los sacrificios que le rinden homenaje a Dios, los que son diseñados para hacer expiación por el pecado y las ofrendas de paz (expresar o promover relaciones pacíficas con Dios). ( 7 ) Sacrificios dedicados de sí mismo, sacrificios de eucaristía y sacrificios expiatorios. ( 8 ) Los sacrificios en el que la ofrenda era totalmente dedicada a Dios, y sacrificios en el que Dios recibió una porción y el adorador festejó con la sobrante.

Los sacrificios de Caín y Abel (Génesis 4:4-5) muestran que la práctica se remonta casi a los orígenes de la raza humana. El sacrificio de Noé después del diluvio (Génesis 8:20-21) se denomina un holocausto y está íntimamente relacionado con el pacto de Dios (Génesis 9:8-17). En sus sacrificios, Abraham (Génesis 12:7-8), (Génesis 13:4) «al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová». (Génesis 13:18) «Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová». (Génesis 15:4) «Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará». Expresó su adoración a Dios. El establecimiento del pacto entre Israel y el Señor estuvo acompañado de sacrificios solemnes. El principio fundamental de este pacto era la obediencia, no los sacrificios (Éxodo 19:4-8). Los sacrificios eran incidentales, es decir, ayudas para la obediencia, pero sin valor aparte de ella.

Cada ofrenda tenía que ser la propiedad honestamente adquirida del que hace la ofrenda (2 Samuel 24:24) «Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata». Los únicos animales aptos para el sacrificio eran los bueyes, las ovejas, cabras y las palomas. Los productos del campo aptos para la ofrenda eran el vino, el aceite, los granos, ya sea en la forma de espiga o en la forma de harina, masa o tortas. Los sacrificios eran de dos clases: animal (con el derramamiento de sangre) y vegetal o incruento.

Sacrificios de animales. 1. La ofrenda expiatoria (Levítico 4:1-35), (Levítico 6:24-30). Esta fue por pecados cometidos inconscientemente o sin querer; por pecados cometidos intencionalmente, aunque con circunstancias mitigantes (Levítico 5:2-3), (Levítico 12:6-8); por ciertas clases de cosas inmundas (Levítico 5:2-3), (Levítico 12:6-8); y por pecados cometidos deliberadamente, aunque confesados voluntariamente después.

2. La ofrenda por la culpa (Levítico 5:14) «Habló más Jehová a Moisés, diciendo». (Levítico 6:7) «Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender». Esta fue una clase especial de ofrenda por el pecado y era ofrecida por las transgresiones donde se podía hacer, o se hacía alguna restitución o alguna otra satisfacción legal.

3. El holocausto (Levítico 1). Era totalmente consumida sobre el altar, aunque en otros sacrificios de animales solamente la grosura era quemada. El propósito de la ofrenda era propiciación y la entera consagración del adorador al Señor.

4. Ofrendas de paz (Levítico 3). Eran denominadas sacrificios de paz porque eran ofrecidas por los que estaban en paz con Dios para expresar gratitud y obligación a Dios, y compañerismo con él.

Sacrificios vegetales, o incruentos. Estos eran de dos clases y eran ofrecidos sobre el altar del atrio.

1. Las ofrendas vegetales (Levítico 2:1-16), (Levítico 6:14-18) eran ofrendas de harina fina o panes sin levadura, tortas, hojaldres, o espigas de granos tostados, siempre con sal y, con excepción del sacrificio por el pecado, con aceita de oliva (Levítico 2:1) «Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová, su ofrenda será flor de harina, sobre la cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso». (Levítico 2:4) «Cuando ofrecieres ofrenda cocida en horno, será de tortas de flor de harina sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite». (Levítico 2:13-14), (Levítico 5:11) «Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación». 2. Las libaciones no eran ofrendas independientes bajo la ley, sino que eran hechas únicamente en relación con la ofrenda vegetal que acompañaba todos los holocaustos y todas las ofrendas de paz que eran de nazareo, ofrenda de un voto o voluntaria (Números 6:17) «y ofrecerá el carnero en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones». (Números 15:1-2).

Aparte de las tres anteriormente mencionadas, otras tres ofrendas eran regularmente hechas en el lugar santísimo: los 12 panes de la proposición o de la presencia, renovados todos los sábados; el aceite para el candelero de los siete brazos que se llenaba cada mañana; y el incienso para el altar del incienso, que se renovaba cada mañana y noche.

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