x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Diccionario

Pentateuco Que es, Concepto y Definicion




Pentateuco - Diccionario Perspicacia

Forma españolizada de la palabra griega (que significa “cinco rollos” o “volumen quíntuplo”) con la que se designan los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

Contenido. El Pentateuco constituye una sección fundamental de la Palabra escrita de Dios, y buena parte de ella se cimenta sobre estos cinco libros. El primero de ellos, Génesis, presenta el relato inspirado de la creación, y narra la historia del hombre desde Edén a través de casi toda la era de los patriarcas hasta la muerte de José (desde “el principio” hasta 1657 a. E.C.). El segundo libro, Éxodo, comienza con la muerte de José y relata el nacimiento de Moisés en un tiempo de esclavitud, la liberación del pueblo de Dios del yugo egipcio y la inauguración del pacto de la Ley en Sinaí; incluye detalles acerca de la construcción del principal centro de adoración en el desierto, el tabernáculo (sucesos históricos acaecidos entre 1657 y 1512 a. E.C.). Levítico, el tercer libro, abarca solo un mes (1512 a. E.C.), y proporciona información inestimable acerca del sacerdocio levítico, su ordenación y deberes, así como las leyes y regulaciones que gobernaban el apoyo que la congregación debía dar a la adoración de Jehová. Como indica su nombre, el cuarto libro, Números, registra los censos que se tomaron poco después de comenzar la andadura por el desierto y también antes de que finalizara. Asimismo proporciona muchos detalles acerca de los cuarenta años que vagó Israel por el desierto (hasta 1473 a. E.C.) e incluye muchas leyes contenidas en el pacto hecho con la nación. El último libro, Deuteronomio, abarca un período de unos dos meses (1473 a. E.C.); explica porciones del pacto de la Ley y suministra muchos reglamentos que serían necesarios para la nueva generación de israelitas que se encontraban en las llanuras de Moab, listos para invadir y ocupar la Tierra Prometida. Sus últimos capítulos narran el nombramiento de Josué como caudillo tras la muerte de Moisés.

Escritor. No hay ninguna referencia bíblica que diga que Moisés escribió todo el Pentateuco; sin embargo, en él se hallan declaraciones explícitas que respaldan esa conclusión. (Éxodo 17:14) «Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y dí a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo». (Éxodo 24:4) «Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel». (Éxodo 34:27) «Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel». (Números 33:2) «Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas». (Deuteronomio 31:9, 19, 22). (Deuteronomio 31:24, 26). Además, en muchos pasajes las declaraciones se atribuyen directamente a Moisés: desde su primera conversación que se registra (Éxodo 2:13, 14). hasta su última bendición del pueblo (Deuteronomio 33:1-29). lo que incluye algunos de sus largos discursos (Deuteronomio  1:1) «Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab». (Deuteronomio 5:1) «Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra». (Deuteronomio 27:1) «Ordenó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy». (Deuteronomio 29:2) «Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra». (Deuteronomio 31:1) «Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel». y memorables cánticos. (Éxodo 15:1-19). (Deuteronomio 31:30) «Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo». (Deuteronomio 32:43) «Alabad, naciones, a su pueblo, Porque él vengará la sangre de sus siervos, Y tomará venganza de sus enemigos, Y hará expiación por la tierra de su pueblo». En 20 de los 27 capítulos de Levítico, los versículos de apertura nos indican que lo que sigue es la palabra de Jehová hablada a Moisés para que este a su vez la informara al pueblo. Lo mismo sucede en más de 50 ocasiones en el libro de Números. Por tanto, exceptuando los versículos finales de Deuteronomio, el propio contenido del Pentateuco demuestra fehacientemente que Moisés fue su escritor.

Muchos pasajes más de la Biblia testifican que la propia mano de Moisés escribió el Pentateuco. (Josué 1:7) «Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas». (Jueces 3:4) «a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella haya distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella». (2 Reyes 18:6) «Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés». (Malaquías 4:4) «Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel». Hombres como David (1 Reyes 2:1-3). (Daniel 9:11) «Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos». (Esdras 6:18) «Y pusieron a los sacerdotes en sus turnos, y a los levitas en sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés». (Nehemías 8:1) «y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel». Jesús (Marcos 12:26) «Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?». (Lucas 16:29) «Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos». (Juan 7:19) «¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?». (Lucas 24:27) «Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían». y (Juan 1:17) «Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez». se refieren a estos escritos y los atribuyen a Moisés. Como prueba concluyente, Jesús reconoció específicamente que Moisés fue el escritor (Marcos 10:3-5). (Juan 5:46, 47). como también lo reconocieron los saduceos (Marcos 12:18, 19).

Pentateuco - Diccionario Alfonso Lockward

Los primeros cinco libros de la Biblia, comúnmente llamados “la ley de Moisés”. La tradición judía y cristiana ha visto al P. como una obra escrita por Moisés, con excepción de los ocho últimos versículos del Deuteronomio. Los cinco libros son la •Torá, parte de la revelación divina. Se los conoce divididos en esa forma desde antes de la destrucción del segundo •templo, sin que se sepa exactamente cuándo se hizo la división ni quién la realizó. Los hebreos acostumbraban llamarlos utilizando la primera palabra que aparece en cada uno de ellos. Así, •Génesis es Bereshit, •éxodo es Shemot, •Levítico es Va-Yikra, •Números es Be-Midbar y •Deuteronomio es Devarim.

De todos estos libros, el que era unánimemente aceptado como “la Torá” o “el libro de Moisés” era originalmente Deuteronomio, como puede verse al comparar muchos pasajes de diversos libros con el texto del quinto libro de Moisés. Por ejemplo, (Levítico 23:42) «En tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos».

Otros pasajes de Esdras y Nehemías se hacen referencias a los libros de Levítico y Números, así como a Deuteronomio. Los eruditos opinan que los otros cuatro libros fueron canonizados a partir de los tiempos de •Esdras y •Nehemías. En el decurso de los siglos se han levantado muchas críticas en cuanto la autoría de Moisés para estos libros. Algunos señalan que ciertos pasajes, como (Josué 10:13) «Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero».

Crítica más reciente es la que pretende identificar las diversas fuentes que sirvieron para la formación del P. Estudiando ciertas diferencias en el texto, los eruditos usan como nomenclatura las letras J, E, P y D para señalar que tales o cuales porciones provienen de una fuente o de otra. El criterio que se utiliza para ello es básicamente literario, apoyándose en los temas y ciertas distinciones lingüísticas apreciables entre diferentes porciones del P. Para los fines de sus análisis, los eruditos usan las siguientes designaciones:

“J” son aquellas porciones donde para referirse a Dios se utiliza el •Tetragrámaton (YHWH).

“E” son aquellas porciones en las cuales se usa el apelativo “Elohim” (Dios).

“P” se aplica a las porciones que suponen originadas en una Fuente Sacerdotal (“Priestly Source”).

“D” se aplica al Deuteronomio.

í, se habla entre los estudiosos del P., de “la fuente J”, “la fuente E”, “la fuente P”, y “la fuente D”. Estas nomenclaturas utilizadas en los estudios del P. están también relacionadas con lo que algunos consideran una evolución en la revelación de la persona de Dios al pueblo de Israel, comenzando desde los tiempos de los patriarcas. Los límites de este artículo no nos permiten ampliar más sobre esta teoría.

P. narra la historia del pueblo de Israel, al cual toma como una familia que se desarrolla y crece. No es su intención ofrecer una historia universal, aunque en los primeros capítulos de Génesis encuadra la narración dentro del contexto general de la creación y los comienzos de la humanidad.

Pentateuco - Diccionario Bíblico Sencillo

tip, LIBR ARQU CRIT ver, INSPIRACIÓN, MARDIKH, NUZU, SUMER, MOISÉS, PEREGRINACIÓN POR EL DESIERTO, ALTAR, PENTATEUCO (II), QUMRÁN, PENTATEUCO SAMARITANO vet,... Continua

Desde el punto de vista literario, se pueden aducir todavía algunas objeciones a la «teoría documental».

(a) Es imposible diferenciar los documentos basándose estrictamente en el principio de que ciertos términos característicos denuncian distintos redactores. Consideremos, por ejemplo, el empleo de diferentes nombres de Dios (idea que engendró esta hipótesis). El término Yahveh (traducido como Jehová) indicaría el documento J. Según esta teoría, este nombre, en Génesis, no debería estar en los documentos atribuidos a E y a P. Sin embargo, sí se halla (Génesis 5:29) «y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo». (Génesis 7:16) «Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta». (Génesis 14:22) «Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra». (Génesis 15:1) «Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande». (Génesis 17:1) «Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto». (Génesis 20:18) «Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham». (Génesis 21:1) «Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado». (Génesis 22:11) «Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí». (Génesis 28:21) «y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios». Por otra parte, el nombre Elohim (Dios) no debería hallarse en el pretendido documento J; sin embargo, se halla allí (Génesis 3:1-5). (Génesis 4:25) «Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín». (Génesis 6:2) «que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas». (Génesis 7:9) «de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé». (Génesis 9:26) «Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo». (Génesis 33:5) «Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo». (Génesis 43:14) «Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo». etc. Ello para no hablar del frecuente uso que se hace de la combinación de ambos nombres: Jehová Dios (Génesis 2:5) «y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra». y en total once veces en este solo capítulo). Estos ejemplos, extraídos sólo de Génesis, y que sólo tratan de dos términos característicos, son suficientes para anular este pretendido criterio. Se intenta justificar la presencia de estos casos suponiendo que el compilador los introdujo a propósito en el texto, o que los sacó de otro documento.

Se argumenta en ocasiones que el redactor de J empleó «con discernimiento» el término Elohim (Dios), argumento que en realidad destruye la teoría de los documentos. En efecto, si el redactor se pudo servir a propósito de tal expresión, pudo haberla empleado voluntariamente cada vez. Esto es lo que afirman los defensores de la mosaicidad del Pentateuco. Se puede afirmar que estas expresiones convienen al contexto y que están allí porque éste ha sido el designio del redactor. Elohim designa a Dios como Creador y sustentador del universo y dueño de todas las criaturas. Yahveh evoca al Dios de gracia y que se revela al hombre (véase DIOS NOMBRES DE). Por otra parte, es insostenible la pretensión de que «El» y «Yah» fueran términos tardíos para referirse a la deidad. Hay evidencias claras del uso de estos nombres en descubrimientos arqueológicos de tabletas de arcilla escritas en cuneiforme de antes de la época de Abraham (véase MARDIKH TELL).

(b) El argumento de la continuidad que presenta cada documento por separado no resiste el examen. Documento J: Se pretende que el relato que acaba en (Génesis 4:25) «Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín». se reanudaría e (Génesis 5:28) «Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo». (Génesis 29:2) «Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo». de allí, pasaría a (Génesis 7:1-5). Así, J no daría más que unos fragmentos separados, ignorando totalmente el origen del arca. Se asigna también a J: (Génesis 10:21) «También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet». (Génesis 25:30) «dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom». (Génesis 1:9) «Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así». (Génesis 28). (Génesis 30). (Génesis 12:1-4). a. Pero, en tal caso ¿quiénes eran Taré, Harán y Abram? El relato no tiene nada de seguido.

Veamos el documento P: el redactor P es el supuesto expositor de la creación (Génesis 1:1) «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». (Génesis 2:4) «Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos». a así, dice en el versículo 31 del capítulo 1: «vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera». Después, una vez establecida la genealogía de Adán (Génesis 5:1-28). P declara de repente: «Se corrompió la tierra delante de Dios» (Génesis 6:11) «Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia». ¿Cómo se corrompió, si P desconoce el episodio de la caída? El relato de los inicios de la vida de Abram queda asimismo cortado en porciones. En un texto atribuido a J, se atribuyen a P (¿por qué razones?) los siguientes versículos: (Génesis 11:27) «Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot». (Génesis 12:4) «Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán». (Génesis 13:6) «Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar». (Génesis 16:1) «Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar». Los que creen en la mosaicidad del texto pueden, en cambio, demostrar la unidad del argumento, la ilación lógica de las ideas, el equilibrio de las partes, la gradación del relato. Lo que se afirma en este sentido es mucho más admisible que el inverosímil despiece en el que desemboca «el ejercicio de un ingenio mal dirigido» de los críticos (para citar una expresión del profesor Orr, «Problem of the OT», p. 237). Citando aún otro ejemplo a propósito de ello, (Génesis 37). se convierte en un rompecabezas de 26 fragmentos, de los que tres no son más que un fragmento de versículo (¡!). Sobran los comentarios. (véase GÉNESIS).

(c) La teoría de los relatos paralelos, de estilos y por ello de autores diferentes, se muestra falsa, precisamente en el único caso en que puede ser controlada por pruebas externas. Se pretende que en el relato del diluvio aparece dos veces la descripción del cataclismo, en tres versículos sucesivos: «.. aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas» (Génesis 7:11) «El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas». «documento P»); y «al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra... y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches» (Génesis 7:10-12). «documento J»). Según se dice, habría aquí dos estilos diferentes: uno lleno de vida, de poesía; el otro árido, limitándose a informar de los hechos. Pero los babilonios y los asirios nos han transmitido un relato del diluvio; comparándolo con el de Génesis, presenta las mismas repeticiones que se han pretendido como «relatos paralelos» cuando se trataba de Génesis; se encuentran las mismas variaciones de estilo en los pasajes correspondientes de la narración asirobabilónica. Así, las diferencias de estilo no constituyen ninguna dificultad para los que aceptan la paternidad mosaica del Pentateuco: la variedad de temas tratados comporta forzosamente las diversas maneras en que se tratan.

(d) Las pruebas externas anulan asimismo el argumento de las pretendidas contradicciones de los «paralelos». Según el «documento P», Dios advertiría a Noé de la inminencia de un diluvio de aguas (Génesis 6:17) «Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá». pero no le revelaría sus causas: nieve, lluvia, o una ola de aguaje. En cambio, según el «documento J», Dios habría advertido a Noé que entrara en el arca, porque siete días más tarde Él haría llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches (Génesis 7:4) «Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice». Sin embargo, el relato asirio apoya aquí la estructura del hebreo: no se trata de dos relatos diferentes, sino de acontecimientos sucesivos. En efecto, en el relato asirio, como en Génesis, el hombre es primero advertido que construya una nave para escapar a la muerte por las aguas; más tarde, en ambos casos, se precisa que el cataclismo vendrá en forma de lluvia. El relato de Génesis evidentemente no refleja una mera tradición transmitida por los hebreos, sino recogida por escrito bajo inspiración. Su sobriedad contrasta violentamente con el contenido del relato asirobabilónico. La postura que se basa sobre estas pretendidas contradicciones y diferencias de estilo, con el fin de asignar el texto a autores diversos, no resiste un examen detenido. Para una consideración completa de toda esta cuestiónvéase la bibliografía que se da a continuación. (Para un análisis de los relevantes descubrimientos del mar Muerto, incluyendo fragmentos de Levítico del siglo V a. C.,véase QUMRÁN [MANUSCRITOS DE).

Bibliografía: Aalders, G.: «A Short introduction to the Pentateuch» (Intervarsity, s/f); Allis, O. T.: «God Spake by Moses» (Presbyterian and Reformed, Philadelphia, 1958), Allis, O. T.: «The Five Books of Moses» (Reformed and Presbyterian, Philadelphia, 1969), Allis, O. T.: «The Old Testament, Its Claims and his Critics» (Presbyterian and Reformed, Nutley, N. J., 1972); Darby, J. N.: Escritos acerca del Pentateuco, su paternidad mosaica y antigüedad, véanse «The Collected Writings of J. N. Darby», vol. 6, PP. 201-209, 267-269; vol. 9, PP. 360-370; vol. 23, PP. 82-114; vol. 29, PP. 65-66; 69-71 (Kingston Bible Trust, Lancing, Sussex, 1964); Hocking, W. J.: «The Lord's Testimony to the Mosaic Authorship of the Pentateuch» en The Bible Treasury abril-junio 1892 (H. L. Heijkoop, Winschoten, Holanda, reimpr , 1969), Keil y Delitzsch: «Commentary on the Old Testament: The Pentateuch» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, reimpr 1981) Kelly W.: «The Pentateuch and its Critics» en The Bible Treasury, dic. 1912-junio 1913, Lewis, C. S.: «Modern Theology and Biblical Criticism», en Christian Reflections (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1967), M'Caul, A., D. D.: «Positive Testimony to the Pentateuch», en The Bible Treasury, sept 1904 mayo 1905. McDowell J.: «Evidencia que exige un veredicto» Vol. II (Clie, Terrassa, 1988); Whitfield, E. W.: «The Vatican and the Criticism of the Pentateuch», en The Bible Treasury, sept. 1906; Wiener, H. M. y Kyle, M. G.: artículo «Pentateuch», en ISBE, vol. IV, PP. 2298-2312 y 2312A-2312D (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1946); Wilson, R. D.: «A Scientific Investigation of the Old Testament» (Marshall Ltd., Londres, 1926); Young, E.: «Una introducción al Antiguo Testamento» (T.E.L.L. Grand Rapids, 1964).

Pentateuco - Diccionario de Jerusalén

(I) CARÁCTER DEL PENTATEUCO. (A) Histórico y teológico. Los cinco volúmenes de la ley judía: ( ) Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, forman un todo, cuya unidad era reconocida tanto por los judíos, que le dieron el nombre de Torá, como por los griegos, que lo llamaron Pentateuco el libro «de cinco estuches», e.d., el libro dividido en cinco estuches, por constar de cinco rollos o volúmenes).

Con esto no quiere decirse que los elementos constitutivos del P. no estén en relación y emparentados también con los otros libros de la Biblia. El libro de Josué comienza su narración «después de la muerte de Moisés» (Josué 1:1-2), y contiene una ley (Josué 20:1-9) que bien pudiera estar igualmente incorporada a la Torá.

Las leyes del P. no se encuentran, por tanto, ordenadas en sucesión sistemática. Dependen de los acontecimientos históricos. Igualmente las narraciones no se nos presentan independientemente, como si con ello se intentase describir en grandes líneas los sucesos decisivos de la historia de la humanidad, sino que están ordenadas a la formación del pueblo de Dios, a la revelación de las ordenaciones divinas que le han de garantizar la existencia (Deuteronomio 6:24) «Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy».

(B) Literario. Ya a primera vista aparecen en el P. bruscas transiciones, retrocesos y repeticiones. Citemos en especial: en (Génesis 2:5) «y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra». (Génesis 2:4) «Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos». Comienza, después de la terminación de la creación, una descripción más extensa de la misma, según la cual aún no existe el hombre. En (Génesis 5:1) «Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo». Después de una primera genealogía de Adán (Génesis 4), sigue una nueva genealogía del mismo Adán.

Estas desigualdades y regresos son a la vez causa de repeticiones. La doble narración de la creación ya fue mencionada, e igualmente la doble genealogía de Adán, que llama la atención tanto más cuanto que se encuentra en ambas la misma serie de nombres Set). Aún pueden señalarse otras numerosas repeticiones. Noé sube dos veces al arca (Génesis 7:7) «Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos». (Génesis 7:13) «En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca». Abraham expulsa dos veces a Agar (Génesis 16 y 20).

(II) CRÍTICA DEL PENTATEUCO. (A) Historia. La causa de estas visibles diferencias y repeticiones no es nada clara a primera vista. Por esto para comprender el sentido de estos textos fue indispensable un trabajo crítico en el sentido filosófico de la palabra. Se trataba de analizar el P. en su aspecto literario y de darse cuenta de la evolución que había sufrido hasta llegar a la forma actual del texto, si no se quería correr el peligro de comprender mal el alcance de la revelación divina contenida en el.

(1) En realidad la crítica del P. había comenzado muy bien en el s. XVI. Los jesuitas B. Pereira y J. Bonfrere, lo mismo que B. Spinoza, habían llegado al convencimiento de que todas las partes del P. no pueden ser de Moisés. Sin embargo, no lograron llegar a investigaciones y tanteos metódicos. Hasta R. SIMON, cuya Histoire critique du Vieux Testament aparece en 1678, no comenzaron a señalarse los verdaderos métodos: búsqueda de manuscritos, análisis del texto por secciones, etc.

(2) En el s. XVIII aparece la hipótesis de los documentos. El pastor protestante H.B. Witter descubre en 1711 qué significación se debe atribuir a la ausencia del nombre de Yahvéh en (Génesis 1), y a las diferencias literarias entre (Génesis 1) y (Génesis 2). Pero sólo el médico J. Astruc, convertido del protestantismo a la Iglesia católica, siguió sistemáticamente el uso de los nombres de Dios Yahvéh y Elohim en el Gén (1753). Demostró que los trozos yahvísticos, por una parte, y los elohísticos, por otra, forman cada uno de ellos un todo independiente.

(3) A. Geddes, ya en 1792 y nuevamente en 1800, se inclinó a considerar el P. como una serie de fragmentos que habrían sido ordenados por un redactor. En su Commentar über den Pentateuch (1802-1805), J.S. VATER da forma a esta teoría y pretende establecer datos más detallados. Ciertos fragmentos se remontan hasta el mismo Moisés, otros los añadió el compilador del P. en sucesión cronológica, y precisamente hacia el fin de la monarquía. W.M.L. de Wette, en 1805, relaciona el Dt con la reforma de Yosías; pero, en 1829, pone la composición definitiva del Dt en el destierro, así como también la redacción final de todo el Pentateuco.

(4) Sin embargo, en su Geschichte Israels (1843), EWALD abandonó la teoría de los fragmentos e inició una exposición que habría de conducir a una nueva hipótesis de los documentos. Prescindiendo de Dt, reduce el P. a cinco fuentes, entre las cuales la elohista representaría el escrito fundamental. A.W. Knobel redujo las cinco fuentes a tres, admitiendo en lo demás la misma hipótesis respecto de Dt y del escrito fundamental. El paso decisivo en esta teoría estaba reservado a H. Hupfeld, quien (1853) distinguió, prescindiendo de Dt, una primera fuente elohista como escrito fundamental, una segunda elohista y una yehovista.

(5) Esta brillante síntesis, que parecía aclararlo todo a la luz de la crítica literaria y de la historia de la evolución de la legislación israelita, alcanzó gran difusión. Los críticos literarios alemanes, como H. Holzinger, C. Steuernagel y B. Baentsch, intentaron determinar aún más detalladamente las características de cada una de las fuentes y distinguieron tres estadios en la fuente J, dos en la fuente E y dos o tres en la fuente D.

(B) Impugnación. (1) Por parte católica. La doctrina de Wellhausen contiene, en realidad, junto a un intenso conocimiento del texto bíblico, muchos fallos en el aspecto teológico, filosófica e incluso también histórico, los cuales no podían quedar ocultos. Su sistema, con la consiguiente esquematización del desarrollo espiritual de Israel, pareció a muchos como un pretexto para eliminar de la historia bíblica lo sobrenatural.

(2) Fuera de la Iglesia católica, los círculos creyentes mantuvieron una actitud de desconfianza frente a la doctrina de Wellhausen. Entre los críticos, algunos, como C. Keil y H.M. Wiener, desecharon el sistema en absoluto, y otros muchos no wellhausenianos, como R. Kittel o W.W. von Baudissin, pusieron en discusión más bien algunos puntos particulares y datos de la teoría de las fuentes, que la teoría misma.

(C) Desarrollo. (1). La investigación crítica iba, no obstante, progresando. Inmediatamente una serie de autores se dedicó a demostrar la debilidad de los criterios meramente literarios, puestos en primer plano por la escuela wellhauseniana, sobre todo la debilidad del criterio de los nombres divinos. En primer término están los católicos, como E. MANGENOT (L'authenticité mosaique du Pentateuque, París 1907), H. HÖPFL (Introductio specialis in libros VT, Subiaco 1921) y A. BEA (De Pentateucho, Roma 1927, 21933).

(2) Junto a estos exámenes de los resultados literarios, se intentaban también nuevos caminos para comprender mejor la cuestión del Pentateuco. Así B.D. EERDMANS (Die Komposition der Genesis, Giessen 1908) empleó, por primera vez, la historia de las religiones y los hechos transmitidos por las religiones de los primitivos para ilustrar las narraciones del Pentateuco.

(3) La arqueología de Palestina, que había comenzado, después de los intentos de Ch. Warren (1867-1870), con las excavaciones de W. Flinders Petrie en tell el-hesi (1890), alcanzó su apogeo con las excavaciones de G. Schumacher en Meguiddó (1903-1905), de E. Sellin y C. Watzinger en Jericó (1907-1909), de E. Sellin en Taanak (1902-1904), de R.A.S. Macalister en Guézer (1902-1909). L.-H. VINCENT propuso en 1907 una primera síntesis de los conocimientos adquiridos (Canaan [Études Bibliques]).

(4) Pero, al mismo tiempo, el estudio de los textos no jurídicos del P. debía experimentar una nueva vida por medio de la investigación de los géneros literarios. La escuela de la historia de las formas, aplicada al AT, comenzó con H. GUNKEL (Genesis [Gotinga 1901, 21902]; Schöpfung und Chaos in Urzeit und Endzeit, 1895, era sólo un primer intento), y también aquí parece haber sido fertilísima. En lugar de llevar el análisis literario hasta un refinamiento que raya en lo amanerado, estos autores intentaron comprender el sentido y la vida de los textos narrativos estudiando las relaciones sociales de Israel.

(5) Finalmente, se llegó también a un conocimiento cada vez más exacto de las religiones del oriente antiguo y, en concreto, de las religiones semíticas. Si es verdad que fueron también meritorios los trabajos de R. Smith y la aún no superada síntesis de LAGRANGE (Études sur les religions sémitiques [París 1905]), por otra parte es igualmente cierto que las excavaciones han aportado gran multitud de nuevos datos.

(6) Orientaciones de Roma. La crítica literaria del P. dejó así de ser el árbitro supremo de todos los problemas exegéticos, y la exégesis se manifestó de nuevo con toda la amplitud de una ciencia humana mediante la cual se procura explicar cuanto de vida humana y divina se encuentra bajo la superficie del texto. Todo lo que la historia del derecho y de la cultura, como ciencias auxiliares, podían ofrecer, se aprovecha para percibir, no sólo el orden de las ideas de algunos autores en particular, sino la resonancia de toda la vida de un pueblo.

Acerca de las fuentes del P. dice así: «Hoy no hay nadie que ponga en duda la existencia de estas fuentes y niegue un ulterior desarrollo de la legislación mosaica, condicionado por las circunstancias sociales y religiosas de los tiempos posteriores; principalmente este desarrollo se manifiesta también en los relatos históricos.» No obstante, la Comisión no quiere expresarse con más detalle acerca de la cuestión de las fuentes, en vista de la diversidad de opiniones que hay entre los exegetas a este respecto, sino que termina con la exhortación.

(D) Perspectivas. El estado actual de la investigación científica lleva grabado el sello de que todos los resultados anteriores han de ponerse en tela de juicio. Tampoco la ciencia bíblica es en esto una excepción. Incluso la época del origen del Dt, respecto de la cual parecía haberse logrado una uniformidad, la ha puesto en discusión otra vez e insistentemente G. HÖLSCHER (Komposition und Ursprung des Dt, ZAW 1926, 161255). Estos textos se han de manejar, de todos modos, con la máxima prudencia. Además, desde que la escuela escandinava con I. Engnell y H.S. Nyberg, en nombre de la tradición oral, ha dirigido sus ataques principalmente contra los fundamentos de la crítica literaria, la situación se ha puesto aún más difícil. Pero la crítica literaria conserva sus derechos; ella también comprueba hechos que permiten conclusiones.

Finalmente, el estudio teológico del P. y de sus partes será el resultado de un conocimiento cada vez más profundo de estos libros. La teoría de las fuentes se había dado cuenta de esto; y si bien no había admitido la fuerte trabazón teológica del código sacerdotal (P), al menos la había reconocido. La teología del Dt acerca de la libertad del don divino y de la infidelidad del pueblo elegido es extraordinariamente atractiva, y hoy se reconoce la impronta teológica que de ella han conservado toda una serie de libros llamados deuteronómicos (entre ellos el libro de los Reyes).

Pentateuco - Reina Valera 1909

VOLUMEN (LIBRO) DE CINCO PARTES.

Pentateuco - Diccionario Bíblico Adventista

Pentateuco (gr. Pentáteujos, 'en cinco tomos'; de pentá ['cinco'] + téujos [originalmente una 'herramienta' o 'instrumento', luego 'una caja' para guardar rollos de papiro, y finalmente un 'rollo' de material para escribir]). Los primeros 5 libros del AT: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; la 1ª de las 3 divisiones del sagrado canon hebreo de las Escrituras. Los escritores cristianos usaron el término desde c s II d.C. I. Designaciones. El nombre corriente que los hebreos dan a estos libros es Tôrâh (del verbo yârah [hifil, 'señalar', 'mostrar', 'dirigir' o 'enseñar'). Por tanto, Tôrâh indica 'instrucción', 'dirección', 'ley' o 'enseñanza' (, 7; etc.). Otros nombres que se le dan en el AT al Pentateuco completo o partes de él, son: 'Libro de la ley' (; 8:34; ), 'Libro de la ley de Moisés' (; 23:6; ; ), 'Libro de la ley de Dios' (; ), 'Libro de la ley de Jehová' (; 34:14), 'Libro de la ley de Jehová su Dios' (), 'Ley de Jehová' (; ; 35:26), 'Ley de Dios' () y 'Ley de Moisés' (,13). En todos estos casos, 'ley' es la traducción del heb. Tôrâh. Como 'Libro de Moisés' se usa en Estos diversos nombres indican que el Pentateuco era considerado como una sola obra literaria, enfatizando así su unidad esencial. La división en 5 rollos es muy antigua, anterior a la LXX y al Pentateuco samaritano, y habría sido hecha por el autor original. Los judíos hablaban del Pentateuco como de los 'cinco quintos de la ley'. Los nombres que se dan al Pentateuco en el NT, son: 'Ley' (; ; ), 'Ley de Moisés' (; ), 'Ley del Señor' (, 24), 'Libro de la ley' (Gá. 3:10) y 'Libro de Moisés' (). 'Ley' en estas referencias es una traducción del gr. nómos, el término que usaban para Tôrâh los judíos de habla griega. II. Autor. A. Conceptos tradicionales. Hasta tiempos relativamente recientes, la autoría mosaica del Pentateuco era aceptada casi universalmente, tanto por judíos como por cristianos. Los eruditos bíblicos conservadores de hoy encuentran evidencias, tanto internas como externas, para sostener que Moisés escribió los primeros 5 libros de la Biblia. 1. Testimonios del Pentateuco. Aunque no existe una afirmación categórica de que Moisés escribiera el Pentateuco entero, hay evidencias convincentes de que procede de su mano. Por ejemplo, algunas secciones legales de Éxodo son específicamente atribuidas a Moisés: según -8, él escribió el Libro del Pacto (cps 20-23), las leyes que corresponden al santuario y su servicio (cps 25-31) aparecen como comunicaciones personales de Dios a él (25:1, 13, 31; 26:1; 30:11, 17, 22; 31:1, 12; etc.); el informe de la construcción del tabernáculo (cps 35-40) menciona con frecuencia que todo fue hecho 'como Jehová lo había mandado a Moisés' (8 veces en el cp 39); también le pertenece el Canto de Liberación junto al Mar Rojo (15:1-18); la narración de la victoria sobre Amalec debía escribirla 'en un libro' (17:14). En todo Éxodo, como en todo el Pentateuco, con excepción de Génesis, Moisés es la figura central y el comunicador de la Tôrâh. En Levítico, la frase 'como lo había mandado Jehová a Moisés' o su equivalente se encuentra unas 30 veces, y la entrega de la legislación sacerdotal está conectada directamente con el monte Sinaí y la intermediación de Moisés (; 27:34). La legislación sacerdotal de Números también tiene su origen en una orden directa de Dios a Moisés (, 5, 11; 6:1; 8:1; 9:1; 10:1; etc.). Se afirma que el itinerario y la lista de los lugares donde acamparon (cp 33) desde Egipto hasta Canaán fueron escritos por él (vs 1, 2). Deuteronomio comienza con la afirmación: 'Estas son las palabras que habló Moisés' (; cf v 5; 4:5, 14; 29:1). También declara que escribió la ley (31:24), y el canto y la bendición de los cps 32 y 33 (31:22, 30; 32:44, 45; 33:1). Aunque no hay una afirmación específica atribuyéndole la autoría de Génesis, el libro constituye una parte orgánica del Pentateuco. Como Éxodo es sencillamente la continuación de Génesis, parece razonable concluir que ambos son del mismo autor. 2. Testimonios del resto del AT. Muchos otros libros del AT se refieren al Pentateuco como obra de Moisés. Las referencias más frecuentes a Moisés y sus escritos están en el 915 libro de Josué, donde su nombre aparece más de 50 veces. Josué obtuvo su autoridad de Moisés, y apeló constantemente a la ley de Moisés (, 8; 8:31, 32, 34, 35; 23:6). Se dice que los hechos de Josué se ajustaron a lo que 'Jehová había mandado a Moisés' (11:15, 20; 14:2; etc.). La opresión de los israelitas en el período de los jueces era para probar a Israel, 'si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés' (). David hizo llevar el arca a Jerusalén sobre los hombros de los levitas 'como lo había mandado Moisés' (), y encargó a su hijo Salomón que observara los preceptos 'de la manera que está escrito en la ley de Moisés' (). Variada mención a sus escritos aparecen en Reyes y Crónicas (; ; 25:4; 34:14; 35:12; cf , 12; 21:8; 23:25; ; 30:16). De la época del cautiverio están las referencias a Moisés en Daniel (-13); y del período de la restauración hay varias en Esdras, Nehemías y Malaquías (; 6:18; 7:6; , 8; 8:14; 9:14; 10: 29; 13:1; ). 3. Testimonios del NT. Nuestro Señor hizo frecuentes referencias al Pentateuco, que obviamente lo consideraba de Moisés (; 19:7, 8; :10:3-5; 12:19; ; 16:29, 31; , 47). Introdujo una cita de Éxodo () con las palabras: '¿No habéis leído en el libro de Moisés ... ?' (). El testimonio de los apóstoles está en armonía con el de Jesús (:13:39; 15:5, 21; 26:22; 28:23; , 19; ; ; ). 4. Testimonios de la tradición judía. Los samaritanos sostienen que el Pentateuco es obra de Moisés. También lo afirman los escritos apócrifos (; 2 Mac. 7:30). Igualmente Filón y Josefo. La misma posición asumieron tanto el Talmud Palestino como el Babilónico. 5. Evidencias internas. El relato de José en Génesis y la historia de Moisés en Éxodo revelan a un autor que tenía un conocimiento íntimo de la cultura de Egipto. El uso de los títulos correctos para los oficiales egipcios (; 41:40), el reflejo de las costumbres egipcias (41:42, 43), el énfasis en sueños y magos (v 8) y la momificación de Jacob y de José (50:2, 26) lo ponen de manifiesto. En forma similar, en la narración de Éxodo aparecen palabras egipcias y un cuadro exacto de la vida y las costumbres del país. ¿Quién, fuera de Moisés, 'enseñado... en toda la sabiduría de los egipcios' (), podría estar mejor calificado para escribir estos relatos? El autor del Pentateuco también estaba bien familiarizado con el desierto. Bib.: Filón, Moses ii.2; FJ-AA i.8. B. Conceptos de la crítica moderna. En general, los eruditos críticos modernos rechazan la autoría mosaica del Pentateuco. La mayoría sostiene alguna forma de la hipótesis documentaria, que especula que el Pentateuco es un compuesto de 4 o 5 documentos que datan de muchos siglos después del tiempo de Moisés. Tal vez la idea más popular es la teoría de Graf-Wellhausen, que encuentra en el Pentateuco 4 documentos principales (llamados J, E, D y P [o S]) reunidos por un método de 'tijera y pegamento'. De acuerdo con este concepto hubo: 1. Un documento J (así llamado porque en él se usa el tetragrámaton JHWH como el nombre de Dios), escrito por un ciudadano del reino sureño de Judá (c 850 a.C.). 2. Un documento E (en el cual se llama 'Elohîm a Dios) redactado c 750 a.C. por un escritor llamado 'Elohista', del reino norteño de Israel; los 2 fueron combinados como JE por un redactor o editor (c 650 a.C.). 3. Un documento D, llamado Código Deuteronómico. escrito en el 621 a.C., pero revisado por un autor posterior. 4. Un documento P (Código Sacerdotal; Priestly en inglés), que consistía en las indicaciones legales y religiosas del Pentateuco (c 500 al 450 a.C.). De acuerdo con esta teoría, la edición final del Pentateuco fue hecha c 400 a.C. Hay muchas variaciones de este esquema general que sostienen los eruditos críticos. Algunos añadirían una fuente no israelita, S (de Seir, el supuesto lugar donde se originó), para el libro de Génesis. Se ha presentado una cantidad de argumentos para apoyar el carácter compuesto del Pentateuco. Aquí se considerarán unos pocos. 1. Variaciones en el uso de los nombres divinos. Hay mucha variación para los nombres dados a Dios en el AT, particularmente en los primeros capítulos de Génesis. Por ejemplo, 'Elohîm aparece uniformemente en - 2:3 (34 veces en 34 versículos); en el resto del cp 2 y todo el cp 3 encontramos la combinación Yahweh 'Elohîm (18 veces). En el cp 4 se usa predominantemente Yahweh (10 veces). Esta variación fue tomada por Jean Astruc en 1753 como base para dividir el libro en 2 documentos escritos por autores distintos. Los eruditos conservadores argumentan que las diferencias en el uso de los nombres divinos no es evidencia de una autoría múltiple. Sostienen que 'Elohîm (implica 'fuerza', 'poder' o 'capacidad') es un nombre muy apropiado para Dios en la narración de la creación, ya que ella es una sorprendente exhibición 916 de poder divino en acción, y que Yahweh (Jehová) es el nombre del Dios del pacto (, 4). La combinación Yahweh 'Elohîm, creen, identifica al Dios de la creación con el Dios de la redención. Observan que en muchos pasajes los nombres divinos son usados en forma más o menos intercambiables, y que los manuscritos hebreos y las primeras versiones, como la LXX, tienen variaciones entre sí. Más recientemente, el bien conocido rollo del Mar Muerto de Isaías (1QIsa) muestra variaciones con el texto masorético en el uso de los nombres divinos, lo que indica que los copistas a veces, aparentemente, no tenían reparos en sustituir un nombre divino por otro (véase CBA 5:153, 154). Por tanto, no hay argumentos sólidos para usar tales diferencias como razón para disecar el Pentateuco. 2. Suposición de que Moisés no escribiera el Pentateuco. Los eruditos críticos del s XIX negaron la posibilidad de que Moisés escribiera el Pentateuco porque creían que en su tiempo sólo se conocían los sistemas complicados de escritura jeroglífica y cuneiforme, limitados a Egipto y la Mesopotamia, respectivamente. La escritura alfabética de Palestina más antigua que se conocía hasta 1880 era la Piedra Moabita* del s IX a.C. Sin embargo, el descubrimiento de las Cartas de Amarna* (Egipto, 1887) mostró que la cuneiforme se usaba extensamente en el 2º milenio a.C. Muchas fueron escritas por pequeños gobernantes de Palestina y Siria a sus amos egipcios, lo que demuestra que la escritura era evidentemente bien conocida en esas regiones. Después de 1916 se supo que existían escritos en el alfabeto cananeo antes del tiempo de Moisés. En 1929 se encontró en Ras Shamra* toda una biblioteca de literatura cananea. Ahora se sabe que se usaban por lo menos 6 sistemas de escritura en Palestina antes de la conquista de los israelitas. Entre ellas estaba la escritura* proto-sinaítica, que se cree que es la precursora del alfabeto hebreo. Por ello, ningún erudito que se precie de tal pretende hoy que la escritura alfabética fuera desconocida en tiempos de Moisés. 3. Pasajes posteriores a Moisés. Se alega que el Pentateuco contiene pasajes que no podrían haber sido escritos por Moisés. El más notable de ellos es el informe de su muerte (Deu_34). Pero tal adición posterior no está en desacuerdo con la integridad y la autoría mosaica del trabajo como un todo. También es posible que algunas revisiones y pequeños cambios en las palabras hayan ocurrido durante el proceso de trasmisión, junto con la inserción de ciertas formas tardías en los nombres de lugares. 4. La presencia de duplicaciones. Se alega que el Pentateuco contiene relatos duplicados de los eventos -que a menudo son contradictorios e involucran a personas diferentes-, lo que evidencia que éstos proceden de fuentes diferentes. Algunos pretenden que hay 2 relatos de la creación y 2 relatos del diluvio; otros ven informes repetidos y conflictivos en la narración de las 2 expulsiones, de Agar (-16; 21:9-21), las 2 apariciones de codornices en relación con el maná (Exo_16; Num_11), las 2 ocasiones en que salió agua de la roca (Exo_17; Num_20), etc. Los eruditos conservadores no admiten que estas 'duplicaciones' sean informes diferentes del mismo hecho; los consideran narraciones separadas auténticas. 5. Variaciones en estilo y vocabulario indicarían documentos diferentes. Los argumentos basados en el estilo y el vocabulario son siempre débiles. Generalmente se basan en opiniones y conclusiones que no son demostrables; se sabe que algunos autores varían sorprendentemente su estilo y vocabulario. Los eruditos conservadores creen que el problema de la hipótesis popular documentaría es una cuestión seria, de profundas implicaciones filosóficas y religiosas, ya que su aceptación o rechazo involucro el concepto que se tiene de la revelación, la inspiración y la credibilidad en la Biblia. III. Contenido. Acerca del contenido de los 5 libros de la Tôrâh, véase lo escrito bajo los nombres de cada uno de ellos. Pentecostés, Fiesta de. Fiesta de la cosecha del trigo, también llamada fiesta de las Semanas (), de las Primicias (los primeros frutos; ; ), de la Cosecha () y, en tiempos del NT, de Pentecostés (). Era una de las 3 fiestas en la que todos los hombres debían 'aparecer delante de Jehová' (); es decir, debían hacer el viaje hasta el santuario. La celebración era de un día, uno de los sábados ceremoniales (). En ese día se ofrecían a Jehová 2 panes de harina fina, cocidos con levadura, junto con sacrificios de animales especificados (vs 17-20). Los términos 'Pentecostés' (del gr. pent'koste, 'quincuagésimo') y 'Fiesta de las Semanas' se refieren a la fecha de esta festividad en el día 50º, inclusive, o 7 semanas desde la ceremonia de la gavilla mecida, que ocurría el 2º día de la de los Panes* sin Levadura, el 'día siguiente al séptimo día de reposo' (, 16). En tiempos de Cristo hubo 917 una disputa entre ciertos fariseos y aduceos. Algunos de estos últimos discutían que el de Pentecostés siempre debía caer al día siguiente de un sábado semanal, porque insistían que la gavilla mecida, desde la cual se contaban 7 semanas, se ofrecía el día después del sábado semanal que caía durante la fiesta de los Panes sin Levadura (Talmud, Menahoth 65a). Sin embargo, prevaleció el otro punto de vista: 'El día después del sábado' significaba el 16 de Nisán, el día después del sábado ceremonial, que daba comienzo a la fiesta de los Panes sin Levadura, después de haber sacrificado el cordero pascual el 14 de Nisán (véase CBA 1:819).

Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos