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Milagros Que es, Concepto y Definicion




Milagros - Diccionario Mundo Hispano

La palabra milagro (lat. mi-raculum) lit. significa un acontecimiento maravilloso o un acontecimiento que causa asombro o admiración. Algunas de las palabras bíblicas más importantes utilizadas para designar milagros son thauma, asombro; pele’ y teras, portento; gevhurah y dynamis, muestra de poder; oth y semeion, señal.

El uso de milagro en la teología cristiana incluye el significado de las palabras antiguas, pero también las sobrepasa. Un milagro es

( 1 ) un acontecimiento extraordinario, inexplicable en términos de fuerzas naturales comunes,

( 2 ) un acontecimiento que lleva al testigo a postular una causa personal sobrehumana, o

( 3 ) un acontecimiento que constituye evidencia (una señal) de implicaciones más amplias que el acontecimiento mismo.

1. Se debe hacer una distinción entre milagros y obras de la providencia. En los acontecimientos que se consideran estrictamente milagros, los adversarios de la fe reconocen el carácter sobrenatural de lo que ha ocurrido (Hechos 14:8-23).

2.

Además se debe hacer una distinción entre milagros y esos tipos de respuestas a las oraciones que no constituyen señales ni evidencia expresa para los no creyentes.

3.

También se debe hacer una distinción entre los milagros de Dios y las obras de magia. En la magia, el que obra el milagro posee una fórmula que causa el resultado. El presunto poder sobrenatural es controlado por el intérprete (Éxodo 8:7) «Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto». En los milagros de Dios, los resultados dependen enteramente de la voluntad divina. El que obra el milagro es simplemente un agente de Dios.

4. Se debe hacer una distinción entre los milagros de Dios y los milagros satánicos, o de origen demoníaco (Apocalipsis 19:20) «Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre».

5. También se debe hacer una distinción entre milagros y meras ocurrencias exóticas, que son evidencia de nada más que rarezas. Los milagros genuinos siempre son señales que enseñan una lección. Cada milagro de Dios es parte del gran y bien integrado sistema de la verdad revelada de Dios. La mayoría de los milagros de la Biblia caen en tres grandes épocas:

( 1 ) El éxodo y la conquista,

( 2 ) Elías y Eliseo y

( 3 ) Cristo y la era apostólica.

La época de milagros más impresionante de toda la historia bíblica ocurrió en el ministerio de Cristo y sus apóstoles. Están registradas en los Evangelios unas 40 señales milagrosas expresas obradas por Cristo, elegidas por los autores de entre un número mucho más grande (Juan 20:30) «Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro».

El ministerio de los apóstoles después de la ascensión de Cristo comenzó con el milagro de las lenguas en el día de Pentecostés. El milagro ocurría hasta que la organización de la iglesia para nuestra edad estuviera bien establecida, y probablemente hasta que los libros del NT hubieran sido puestos en circulación. Hubo muchos otros milagros expresos (Hebreos 2:3-4).

El propósito de los milagros es revelación y edificación (Juan 20:31) «Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre».

Cristo rechazó a aquellos que solamente querían ver acontecimientos espectaculares, pero a su reprimenda añadió una cita potente de Jonás como tipo de su propia resurrección (Juan 10:37-38).

La Biblia no dice que Dios no puede o no desea obrar señales milagrosas evidentes hoy en día. Sin embargo, en general, Dios ha dejado de obrar por medio de señales milagrosas desde que el NT fue completado; ahora las fuentes principales para el conocimiento de Dios por su pueblo durante esta edad son los milagros de gracia, el testimonio del Espíritu, la oración contestada y, supremamente, la Palabra escrita.

Los milagros son un elemento absolutamente indispensable del cristianismo. Si Jesucristo no es Dios manifestado en la carne, nuestra fe es un mito vacío. Si él no se levantó de entre los muertos en forma corporal, el sepulcro habiendo estado vacío y su apariencia siendo reconocible, entonces todavía estamos en nuestros pecados y somos los más miserables de todos los hombres. Si el milagro de gracia no se puede verificar por la transformación de la vida del que pone su fe en Jesús como Señor y Salvador, entonces nuestro evangelio cristiano no es nada más que un fraude. [Nota del Editor: la mayoría de los evangélicos cree que Dios sigue obrando milagros hoy en día, tal como en el período apostólico].

Milagros - Douglas Tenney

La palabra milagro (lat. mi-raculum) lit. significa un acontecimiento maravilloso o un acontecimiento que causa asombro o admiración. Algunas de las palabras bíblicas más importantes utilizadas para designar milagros son thauma, asombro; pele’ y teras, portento; gevhurah y dynamis, muestra de poder; oth y semeion, señal.

El uso de milagro en la teología cristiana incluye el significado de las palabras antiguas, pero también las sobrepasa. Un milagro es ( 1 ) un acontecimiento extraordinario, inexplicable en términos de fuerzas naturales comunes, ( 2 ) un acontecimiento que lleva al testigo a postular una causa personal sobrehumana, o ( 3 ) un acontecimiento que constituye evidencia (una señal) de implicaciones más amplias que el acontecimiento mismo.

1. Se debe hacer una distinción entre milagros y obras de la providencia. En los acontecimientos que se consideran estrictamente milagros, los adversarios de la fe reconocen el carácter sobrenatural de lo que ha ocurrido (Hechos 3:1) «Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración», (Hechos 4:22) «ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años». (Hechos 14:8-23).

2.Además se debe hacer una distinción entre milagros y esos tipos de respuestas a las oraciones que no constituyen señales ni evidencia expresa para los no creyentes.

3.También se debe hacer una distinción entre los milagros de Dios y las obras de magia. En la magia, el que obra el milagro posee una fórmula que causa el resultado. El presunto poder sobrenatural es controlado por el intérprete (Éxodo 7:11) «Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos», (Éxodo 8:7) «Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto». En los milagros de Dios, los resultados dependen enteramente de la voluntad divina. El que obra el milagro es simplemente un agente de Dios.

4. Se debe hacer una distinción entre los milagros de Dios y los milagros satánicos, o de origen demoníaco (Mateo 24:24) «Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos». (2 Timoteo 2:9) «en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa». ( comparar (Apocalipsis 13:14) «Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió». (Apocalipsis 16:14) «pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso». (Apocalipsis 19:20) «Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre».

5.También se debe hacer una distinción entre milagros y meras ocurrencias exóticas, que son evidencia de nada más que rarezas. Los milagros genuinos siempre son señales que enseñan una lección. Cada milagro de Dios es parte del gran y bien integrado sistema de la verdad revelada de Dios. La mayoría de los milagros de la Biblia caen en tres grandes épocas:

( 1 ) El éxodo y la conquista, ( 2 ) Elías y Eliseo y ( 3 ) Cristo y la era apostólica.

La época de milagros más impresionante de toda la historia bíblica ocurrió en el ministerio de Cristo y sus apóstoles. Están registradas en los Evangelios unas 40 señales milagrosas expresas obradas por Cristo, elegidas por los autores de entre un número mucho más grande (Juan 20:30) «Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro».

El ministerio de los apóstoles después de la ascensión de Cristo comenzó con el milagro de las lenguas en el día de Pentecostés. El milagro ocurría hasta que la organización de la iglesia para nuestra edad estuviera bien establecida, y probablemente hasta que los libros del NT hubieran sido puestos en circulación. Hubo muchos otros milagros expresos (Hebreos 2:3-4).

El propósito de los milagros es revelación y edificación (Juan 20:31) «Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre».

Cristo rechazó a aquellos que solamente querían ver acontecimientos espectaculares, pero a su reprimenda añadió una cita potente de Jonás como tipo de su propia resurrección (Mateo 12:39-40); comparar también (Lucas 23:8) «Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal». Procurar ver milagros es mejor que meramente buscar comida gratis (Juan 6:26) «Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis». Sus milagros eran evidencia de la autenticidad de su mensaje (Juan 5:36) «Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado». El prefería que la gente aceptara su mensaje por su valor intrínsico, pero creer en él por razón de sus milagros no estaba mal (Juan 10:37-38).

La Biblia no dice que Dios no puede o no desea obrar señales milagrosas evidentes hoy en día. Sin embargo, en general, Dios ha dejado de obrar por medio de señales milagrosas desde que el NT fue completado; ahora las fuentes principales para el conocimiento de Dios por su pueblo durante esta edad son los milagros de gracia, el testimonio del Espíritu, la oración contestada y, supremamente, la Palabra escrita.

Los milagros son un elemento absolutamente indispensable del cristianismo. Si Jesucristo no es Dios manifestado en la carne, nuestra fe es un mito vacío. Si él no se levantó de entre los muertos en forma corporal, el sepulcro habiendo estado vacío y su apariencia siendo reconocible, entonces todavía estamos en nuestros pecados y somos los más miserables de todos los hombres. Si el milagro de gracia no se puede verificar por la transformación de la vida del que pone su fe en Jesús como Señor y Salvador, entonces nuestro evangelio cristiano no es nada más que un fraude. [Nota del Editor: la mayoría de los evangélicos cree que Dios sigue obrando milagros hoy en día, tal como en el período apostólico].

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