La palabra "metafísico, ca" posee una rica historia y un significado que se extiende más allá de su simple definición como "perteneciente o relativo a la metafísica". Su complejidad radica en la propia naturaleza de la metafísica, una rama de la filosofía que explora las cuestiones fundamentales de la existencia, la realidad, el conocimiento, la identidad, el tiempo y el espacio.
El término "metafísica" proviene del griego μετὰ τὰ φυσικά (metà tà physiká), que literalmente significa "después de la física". Esta denominación no fue acuñada por Aristóteles, el filósofo considerado el padre de la metafísica occidental, sino por Andrónico de Rodas, un editor posterior de sus obras. Andrónico organizó los escritos de Aristóteles y colocó los tratados que abordaban estos temas fundamentales "después" de los que trataban sobre la física (Physika). Así, "metafísica" se refería inicialmente a la ubicación de estos textos dentro del corpus aristotélico, no al contenido en sí mismo.
La metafísica ha sido una preocupación central en la historia del pensamiento occidental desde la antigüedad. Desde los presocráticos, que buscaban el principio fundamental (arché) de la realidad, hasta los filósofos contemporáneos, que exploran temas como la identidad personal y la naturaleza de la consciencia, la metafísica ha evolucionado y se ha diversificado. Distintas corrientes filosóficas, como el idealismo, el materialismo, el realismo y el existencialismo, han abordado las cuestiones metafísicas desde diferentes perspectivas, enriqueciendo y complejizando el campo de estudio.
La metafísica es la ciencia de lo que es, en cuanto que es.Aristóteles