La palabra "hembrear", derivada del sustantivo "hembra", posee una connotación principalmente zootécnica, aunque su uso se extiende a otros ámbitos con matices particulares. A simple vista, su significado parece sencillo, pero una mirada más profunda revela una complejidad ligada a la reproducción, la genética e incluso la percepción cultural de los roles sexuales.
Las definiciones tradicionales, como las que se encuentran en los diccionarios, suelen ser escuetas:
Sin embargo, estos significados no abarcan la totalidad de su uso. "Hembrear" también se utiliza, aunque menos frecuentemente, para referirse a:
La importancia de "hembrear", especialmente en su acepción de engendrar mayoritariamente hembras, radica en su relación con la productividad en la ganadería y la agricultura. Históricamente, la preferencia por hembras o machos ha variado según la especie y el objetivo de la cría. Por ejemplo, en la producción lechera, las hembras son esenciales, mientras que en la producción de carne, a menudo se prefieren los machos por su mayor desarrollo muscular.
Esta preferencia ha influido en la selección artificial y en la búsqueda de métodos para controlar el sexo de las crías. Aunque la determinación del sexo es un proceso complejo, la idea de "hembrear" refleja la aspiración de influir en este proceso para maximizar la producción.
El deseo de controlar la reproducción animal, incluyendo la proporción de hembras y machos, ha sido una constante en la historia de la agricultura.
Es importante destacar que "hembrear" no es un término científico preciso para describir la determinación del sexo. La genética y otros factores complejos intervienen en este proceso. El uso de "hembrear" se sitúa más en el ámbito de la observación empírica y el lenguaje coloquial, reflejando la importancia de la reproducción en la actividad humana.