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Cristiano Que es, Concepto y Definicion




Cristiano - Diccionario Perspicacia

El término griego latinizado Kjri·sti·a·nós, que tan solo aparece en tres ocasiones en las Escrituras Griegas Cristianas, designa a los seguidores de Cristo Jesús, es decir, los defensores del cristianismo. (Hechos 11:26) «Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». (Hechos 26:28) «Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano». (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello».

“Fue primero en Antioquía [Siria] donde a los discípulos por providencia divina se les llamó cristianos.” (Hechos 11:26) «Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». Es posible que este nombre ya se usara en el año 44 E.C., cuando ocurrieron los acontecimientos narrados en este relato, aunque la estructura gramatical del texto no lleva necesariamente a esa conclusión. Algunos creen que esta denominación se originó poco tiempo después. En todo caso, para 58 E.C., el término era bien conocido en la ciudad de Cesarea y hasta lo usaban los oficiales públicos, pues fue entonces cuando el rey Agripa II le dijo a Pablo: “En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano”. (Hechos 26:28) «Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano».

Cuando los escritores de la Biblia se dirigían a sus compañeros de creencia o se referían a los seguidores de Cristo, empleaban expresiones como “creyentes en el Señor”, “hermanos” y “discípulos” (Hechos 5:14) «Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres». (Hechos 6:3) «Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo». (Hechos 15:10) «Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?», “escogidos” y “fieles” (Colosenses 3:12) «Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia». (1 Timoteo 4:12) «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza», “esclavos de Dios” y “esclavos de Cristo Jesús” (Romanos 6:22) «Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna». (Filipenses 1:1) «Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos», “santos”, “congregación de Dios” y ‘los que invocan al Señor’ (Hechos 9:13) «Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén». (Hechos 20:28) «Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre». (1 Corintios 1:2) «a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro». (2 Timoteo 2:22) «Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor». Estos términos de significado doctrinal fueron sobre todo de uso interno. Los de afuera llamaban al cristianismo el “Camino” (Hechos 9:2) «y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén». (Hechos 19:9, 23). (Hechos 22:4) «Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres», y los opositores, “la secta de los nazarenos” o solo “esta secta”. (Hechos 24:5) «Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos». (Hechos 28:22) «Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella».

El primer lugar donde se llamó cristianos a los seguidores de Cristo fue Antioquía de Siria. Es poco probable que fuesen los judíos quienes llamasen a los seguidores de Jesús “cristianos” (griego) o “mesianistas” (hebreo), pues eso habría implicado un reconocimiento tácito de que Jesús era el Mesías o Cristo después de haberlo rechazado como tal. Algunos creen que quizás la población pagana los apodó cristianos en son de burla o por escarnio, pero la Biblia muestra que fue un nombre dado por Dios: “Por providencia divina se les llamó cristianos”. (Hechos 11:26) «Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía».

El verbo griego usado en este pasaje, kjre·ma·tí·zo, suele traducirse simplemente “se les llamó”, como hacen la mayoría de las traducciones en (Hechos 11:26). No obstante, hay traducciones que indican que Dios tuvo algo que ver con la selección del nombre ‘cristiano’. Entre ellas se destacan la Traducción del Nuevo Mundo, Young’s Literal Translation y The Simple English Bible. La traducción de Young lee: “A los discípulos también se les llamó cristianos por dirección divina primero en Antioquía”.

Tal como se usa la palabra griega kjre·ma·tí·zo en las Escrituras Griegas Cristianas, siempre está asociada con algo sobrenatural, un oráculo o algo divino. La obra Exhaustive Concordance of the Bible, de Strong, la define en su diccionario griego (1890, pág. 78) como “proferir un oráculo, [...] i. e., indicar por dirección divina”. La obra Greek and English Lexicon (de Edward Robinson, 1885, pág. 786) da este significado: “Refiriéndose a una respuesta, oráculo o declaración divinos: dar respuesta, hablar como un oráculo, amonestar de parte de Dios”. El Greek-English Lexicon of the New Testament (de Thayer, 1889, pág. 671) dice: “Dar un mandato o amonestación divinos; enseñar desde el cielo [...]; ser mandado, amonestado, instruido divinamente [...]; ser portavoz de revelaciones divinas; promulgar los mandatos de Dios”. En su obra Explanatory Notes (1832, vol. 3, pág. 419), Thomas Scott dice sobre este texto: “La palabra implica que esto se hizo por revelación divina, pues por lo general tiene este significado en el Nuevo Testamento, y se traduce ‘amonestado de Dios’ o ‘amonestado por Dios’, aun cuando no aparece la palabra griega para DIOS en el texto”. Clarke dice en su Commentary: “La palabra [kjre·ma·tí·sai], que en nuestro texto común traducimos fueron llamados, significa en el Nuevo Testamento nombrar, amonestar o nominar por dirección Divina. Este es el sentido con el que se usa la palabra en Mateo II. 12 [...]. Si, por consiguiente, el nombre se dio por nombramiento Divino, es muy probable que se dirigiera a Saulo y Bernabé para que lo dieran; y que, por lo tanto, el nombre cristiano proceda de Dios”. Véanse (Mateo 2:12, 22). (Lucas 2:26) «Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor». (Hechos 10:22) «Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras». (Romanos 7:3) «Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera», Int; (Hebreos 8:5) «los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte». (Hebreos 11:7) «Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe». (Hebreos 12:25) «Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos», donde aparece este verbo griego.

Las Escrituras hablan de Jesucristo como Novio, Cabeza y Esposo de sus seguidores ungidos. (2 Corintios 11:2) «Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo». (Efesios 5:23) «porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador». Apropiadamente, pues, al igual que a una esposa le agrada tomar el nombre de su esposo, a la clase de la “novia” de Cristo le complació recibir un nombre que identificaba a sus miembros como pertenecientes a él. De este modo, los observadores de los cristianos del primer siglo podían identificarlos en seguida, no solo por su actividad, sino también por su nombre, como una agrupación totalmente diferente del judaísmo, una agrupación que iba en aumento y en la que no había ni judío ni griego, sino que todos estaban bajo su Cabeza y Caudillo: Jesucristo. (Gálatas 3:26-28). (Colosenses 3:11) «donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos».

Lo que significa ser cristiano. Jesús extendió una invitación para que se le siguiera. “Si alguien quiere venir en pos de mí —dijo—, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo.” (Mateo 16:24) «Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame». Los verdaderos cristianos tienen fe absoluta en que Jesucristo es en un sentido especial el Ungido de Dios y su Hijo unigénito, la Descendencia Prometida que sacrificó su vida humana como rescate. También creen que se le resucitó y ensalzó a la diestra de Jehová, y que recibió autoridad para sojuzgar a sus enemigos y vindicar Su nombre. (Mateo 20:28) «como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos». (Lucas 24:46) «y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día». (Juan 3:16) «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». (Gálatas 3:16) «Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo». (Filipenses 2:9-11). (Hebreos 10:12, 13). Para los cristianos la Biblia es la Palabra inspirada de Dios, la verdad absoluta, provechosa para enseñar y disciplinar al hombre. (Juan 17:17) «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad». (2 Timoteo 3:16) «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia». (2 Pedro 1:21) «porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo».

De los cristianos verdaderos se requiere más que simplemente confesar que tienen fe. Es necesario que la creencia se demuestre por obras. (Romanos 10:10) «Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación». (Santiago 2:17, 26). A pesar de nacer en pecado, los que llegan a ser cristianos se arrepienten, se vuelven, dedican su vida a la adoración y el servicio a Jehová y se bautizan en agua. (Mateo 28:19) «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo». (Hechos 2:38) «Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo». (Hechos 3:19) «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio». Tienen que mantenerse limpios de la fornicación y la idolatría, y no deben comer sangre. (Hechos 15:20, 29). Se desnudan de la vieja personalidad —con sus arrebatos de cólera, habla obscena, mentir, robar, borrachera y “cosas semejantes a estas”— y ponen su vida en armonía con los principios bíblicos. (Gálatas 5:19-21). (1 Corintios 6:9-11). (Efesios 4:17-24). (Colosenses 3:5-10). “Que ninguno de ustedes —escribió Pedro a los cristianos— sufra como asesino, o ladrón, o malhechor, o como entremetido en asuntos ajenos.” (1 Pedro 4:15) «Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno». Los cristianos han de ser amables, considerados y de genio apacible, y deben tener gran paciencia y autodominio. (Gálatas 5:22, 23). (Colosenses 3:12-14). Proveen para los suyos y cuidan de ellos, y además aman al prójimo como a sí mismos. (1 Timoteo 5:8) «porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo». (Gálatas 6:10) «Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe». (Mateo 22:36-40). (Romanos 13:8-10). La principal cualidad por la que se ha de identificar a los cristianos verdaderos es el amor sobresaliente que se tienen entre sí. “En esto —dijo Jesús— todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí.” (Juan 13:34, 35). (Juan 15:12, 13).

Los cristianos verdaderos imitan el ejemplo de Jesús, el Gran Maestro y Testigo Fiel de Jehová. (Juan 18:37) «Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz». (Apocalipsis 1:5) «y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre». (Apocalipsis 3:14) «Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto». “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones”, es el mandato de su Caudillo. (Mateo 28:19, 20). Al llevarlo a cabo, los cristianos ‘testifican públicamente y de casa en casa’, exhortando a personas de todo el mundo a huir de Babilonia la Grande y depositar su esperanza y confianza en el reino de Dios. (Hechos 5:42) «Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo». (Hechos 20:20, 21). (Apocalipsis 18:2-4). No hay duda de que estas son buenas nuevas, pero la proclamación de este mensaje les ocasiona gran persecución y sufrimiento, tal como le ocurrió a Jesucristo. Sus seguidores no son mayores que él; les basta llegar a ser como él. (Mateo 10:24, 25). (Mateo 16:21) «Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día». (Mateo 24:9) «Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre». (Juan 15:20) «Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra». (2 Timoteo 3:12) «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución». (1 Pedro 2:21) «Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas». Si alguno “sufre como cristiano —aconsejó Pedro—, no se avergüence, sino siga glorificando a Dios en este nombre”. (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello». Los cristianos dan a “César” aquello que les pertenece a las autoridades superiores de este mundo —honra, respeto, tributo—, pero al mismo tiempo permanecen separados de los asuntos de este mundo (Mateo 22:21) «Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios». (Juan 17:16) «No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo». (Romanos 13:1-7), y por eso el mundo los odia. (Juan 15:19) «Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece». (Juan 18:36) «Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí». (1 Pedro 4:3, 4). (Santiago 4:4) «¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios». (1 Juan 2:15-17).

Es comprensible que en el primer siglo estas personas —que tenían unos principios cristianos de moralidad e integridad tan elevados, y que, además, predicaban con franqueza y gran celo un mensaje tan emocionante— en seguida atrajeran la atención. Los viajes misionales de Pablo, por ejemplo, eran como un fuego que se propagaba por ciudad tras ciudad —Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe y Perga, en un viaje; Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto, en otro— y que movía a la gente a reflexionar y tomar una posición con respecto a las buenas nuevas del reino de Dios. (Hechos 13:14) «Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron». (Hechos 14:26) «De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido». (Hechos 16:11) «Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis». (Hechos 18:17) «Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello». Miles de personas abandonaron sus organizaciones religiosas falsas, abrazaron el cristianismo de todo corazón y emprendieron con celo la actividad de predicar, en imitación de Cristo Jesús y los apóstoles. Esto hizo que fuesen objeto de odio y persecución, promovidos sobre todo por los líderes religiosos y los gobernantes políticos mal informados. A su Caudillo, Jesucristo, el Príncipe de Paz, se le había ejecutado bajo el cargo de sedición; entonces, a los cristianos, amadores de la paz, se les acusaba de ‘turbar la ciudad’, ‘trastornar la tierra habitada’ y ser personas de las que “en todas partes se habla en contra”. (Hechos 16:20) «y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad». (Hechos 17:6) «Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá». (Hechos 28:22) «Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella». Parece ser que para cuando Pedro escribió su primera carta (c. 62-64 E.C.), la actividad de los cristianos se conocía bastante bien en diversos lugares, como “Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia”. (1 Pedro 1:1) «Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia».

El testimonio de los que no eran cristianos. Algunos escritores seglares de los dos primeros siglos también reconocieron la presencia e influencia del cristianismo primitivo en su mundo pagano. Por ejemplo, el historiador romano Tácito, nacido alrededor del año 55 E.C., escribió acerca del rumor que acusaba a Nerón de ser el responsable de incendiar Roma (64 E.C.), y luego dijo: “En consecuencia, para acabar con los rumores, Nerón presentó como culpables y sometió a los más rebuscados tormentos a los que el vulgo llamaba cristianos, aborrecidos por sus ignominias. [...] El caso fue que se empezó por detener a los que confesaban abiertamente su fe, y luego, por denuncia de aquellos, a una ingente multitud, y resultaron convictos no tanto de la acusación del incendio cuanto de odio al género humano. Pero a su suplicio se unió el escarnio, de manera que perecían desgarrados por los perros tras haberlos hecho cubrirse con pieles de fieras, o bien clavados en cruces, al caer el día, eran quemados de manera que sirvieran como iluminación durante la noche”. (Anales, XV, 44.) Suetonio, otro historiador romano que nació a finales del siglo I E.C., relata los acontecimientos que ocurrieron durante el reinado de Nerón: “Los cristianos, clase de hombres llenos de supersticiones nuevas y peligrosas, fueron entregados al suplicio”. (Los doce Césares, traducción de Jaime Arnal, Orbis, Barcelona, 1985, “Nerón Claudio”, XVI, 2).

Flavio Josefo menciona en su obra Antigüedades Judías (libro XVIII, cap. III, sec. 3) algunos acontecimientos de la vida de Jesús, y añade: “Desde entonces hasta la actualidad [cerca de 93 E.C.] existe la agrupación de los cristianos”. Cuando Plinio el Joven, gobernador de Bitinia en 111 ó 112 E.C., se enfrentó al ‘problema cristiano’, escribió al emperador Trajano explicándole los métodos que estaba usando y pidiéndole consejo. “Empecé por interrogarles a ellos mismos”, escribió Plinio. Si lo admitían, eran castigados. Sin embargo, otros “negaban ser o haber sido cristianos”. Cuando se ponía a estos a prueba, no solo reaccionaban ofreciendo sacrificios paganos, sino incluso “maldiciendo por último a Cristo —cosas todas que se dice ser imposible forzar a hacer a los que son de verdad cristianos— [...]”. Cuando contestó esta carta, Trajano encomió a Plinio por lo que estaba haciendo: “Has seguido [...] el procedimiento que debiste en el despacho de las causas de los cristianos que te han sido delatados”. (Actas de los Mártires, B. A. C., Madrid, 1987, “Carta de Plinio a Trajano”, pág. 245; “Rescripto del emperador Trajano”, pág. 247).

El cristianismo del primer siglo no utilizaba ni templos ni altares ni crucifijos, ni tampoco favoreció a eclesiásticos con títulos e indumentaria especial. Los cristianos primitivos no celebraban fiestas estatales y rehusaban prestar servicio militar. “Hasta la década 170-80 después de Jesucristo no hay prueba alguna de cristianos dentro del ejército. [...] Parece más probable que la Iglesia impidiera a sus miembros hacer el servicio militar que el permitirles servir sin reproche o penalidad algunos.” (Actitudes cristianas ante la guerra y la paz, de Ronald H. Bainton, Madrid, 1963, pág. 64).

No obstante, como indicaba la carta de Plinio, no todos los que se llamaban cristianos demostraron ser tales cuando se les puso a prueba. Como se había predicho, el espíritu de la apostasía empezó a obrar durante el período apostólico. (Hechos 20:29, 30). (2 Pedro 2:1-3). (1 Juan 2:18, 19, 22). En menos de trescientos años, el campo de trigo del cristianismo se vio invadido por la mala hierba de los anticristos apóstatas, hasta que por fin salió a la luz, con la participación del emperador romano Constantino el Grande (acusado de asesinar a no menos de siete de sus amigos y parientes cercanos), una religión estatal disfrazada con el nombre de “cristianismo”.

Cristiano - Diccionario Alfonso Lockward

“A los discípulos se les llamó c.”, esto es, seguidores de Cristo, “por primera vez en Antioquía” (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello». Cuando escribe para animar a los creyentes en tiempos de la persecución de •Nerón. El vocablo fue acuñado por personas ajenas a la comunidad de los seguidores del Señor Jesús, que se llamaban a sí mismos “creyentes”, “hermanos”, “santos”, etcétera. El uso de esta palabra para señalar a cosas, ideas, instituciones, etcétera, fue un desarrollo histórico extrabíblico, porque el NT señala solamente a individuos.

Cristiano - Diccionario Mundo Hispano

(gr., Christianos). El significado bíblico es “partidario de Cristo”.

A los discípulos se les llamó formalmente cristianos por primera vez en Antioquía (1 Pedro 2:16) «como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios».

Los apóstoles se llamaban a sí mismos siervos (esclavos) de Cristo (Romanos 10:12-13).

Romanos 10:12-13

Cristiano - Diccionario de Jerusalén

Lleva una terminación latina que indica los partidarios o seguidores de una persona (cf. pompeyanos, herodianos).

Cristiano - Douglas Tenney

(gr., Christianos). El significado bíblico es “partidario de Cristo”.

A los discípulos se les llamó formalmente cristianos por primera vez en Antioquía (Hechos 11:26) «Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». Agripa reconoció que creer lo que Pablo predicaba lo haría un cristiano (Hechos 26:28) «Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano». Pedro aceptó el nombre como una base en sí mismo para la persecución (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello». La terminación lat. ianos, ampliamente usada en todo el imperio, con frecuencia designaba a los esclavos de aquel con cuyo nombre estaba compuesto. Esta implicación acontece en el NT (p. ej., (Romanos 6:22) «Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna». (1 Pedro 2:16) «como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios».

Los apóstoles se llamaban a sí mismos siervos (esclavos) de Cristo (Romanos 1:1) «Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios». (2 Pedro 1:1) «Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra». (Jueces 1:1) «Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?». (Apocalipsis 1:1) «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan». El NT llama a los seguidores de Cristo hermanos (Hechos 14:2) «Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos». Discípulos (Hechos 6:1-2); santos (Hechos 9:13) «Entonces Ananías respondió: Señor, he oido á muchos de este varon, cuantos males ha hecho á tus santos en Jerusalem». (Romanos 1:7) «a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo». (1 Corintios 1:2) «a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro». Creyentes (1 Timoteo 4:12) «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza». La iglesia de Dios (Hechos 20:28) «Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre». Todos los que invocan tu nombre (Hechos 9:14) «y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre». (Romanos 10:12-13).

Cristiano - Diccionario Pastoral

Es el nombre con que ya en el NT se conoce a los seguidores de Jesús. Estos, que entre sí se daban el nombre de hermanos, en Antioquía de (Siria comienzan a ser llamados «cristianos» (Hechos 11:26) «Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». Otras veces aparece el término en el NT) en (Hechos 26:28) «Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano», como grupo religioso opuesto a los judíos; y en (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello», designando a quien se comporta según las enseñanzas de Cristo.

Cristiano - Hispano-Americano de la Mision

Seguidor de Jesus de Nazaret, el Cristo; miembro de una iglesia cristiana. El nombre apareció primero como sobrenombre para designar a un grupo sectario (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello». Poco a poco fue ocupando el lugar de otras designaciones como «discípulos,» «hermanos,» «santos,» o «los del Camino.»

Finalmente, los mismos c lo adoptaron, para diferenciarse de los paganos y judíos. Hoy describe de manera genérica a los adherentes de todas las iglesias y denominaciones cristianas, y se aplica a ciertas pautas éticas de comportamiento. (Ver creyente).

Cristiano - Diccionario Bíblico Torres Amat

Partidario o seguidor de Cristo. El nombre comenzó a emplearse en Antioquía, capital de la provincia romana de Siria y cuyo nombre actual es Antakya. (Hechos 11:26) «Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». Con frecuencia se convirtió en motivo de discriminación y persecución.

(Hechos 26:28) «Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano». (1 Pedro 4:16) «pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello». Son muchos sus sinónimos creyentes, discípulos, hermanos, elegidos, santos, nuevo Israel

Cristiano - Diccionario Bíblico Adventista

Cristiano (gr. jristianós, 'un seguidor de Cristo'). Nombre que se usó por la vez en Antioquía de Siria para describir a los discípulos de Jesucristo (). El texto no aclara quién originó el término. Se piensa que sería difícil que lo adoptaran los mismos cristianos, aunque una antigua tradición nombra a Euodias, el primer obispo de Antioquía, como el originador del término. Tampoco es probable que el nombre fuera acuñado por los judíos, porque el gr. Jristós significa 'Mesías', y los judíos difícilmente llamarían a los discípulos 'seguidores del Mesías'. El término jristianós, como se lo encuentran en el NT griego, tiene una terminación latina, porque en griego debería ser jristianéios. Se ha sugerido, por ello, que se lo debería tomar como una indicación de que el nombre fue acuñado originalmente por un oficial romano. En tiempos de Nerón, los cristianos eran conocidos en Roma por el nombre de jrestiánoi. Como el término Cristo no significaba nada para los romanos, mientras que el nombre griego Restos era muy común entre los esclavos, el pueblo de Roma pudo haber pensado que los cristianos eran seguidores de algún Jresto, porque las palabras jristiánoi y jrestiánoi apenas se distinguían al oírlas. De cualquier manera, parece que fueron los paganos quienes por la vez aplicaron el término a los seguidores de Jesús, sin duda como un apodo para expresar burla, aunque para los cristianos llegó a ser un nombre honorífico. La palabra aparece además en y Bib.: T-A XV.44; Suetonio, Nerón, 16; S-LC/C 25.

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