La clorita, cuyo nombre deriva del griego "chloros" que significa "verde", es un grupo de minerales filosilicatos comunes en rocas metamórficas de bajo grado, algunas rocas ígneas alteradas y ciertos sedimentos. A pesar de que la definición básica la describe como "un mineral de color verdoso y brillo anacarado, compuesto de un silicato y un aluminato hidratados de magnesia y óxido de hierro", esta descripción simplifica la complejidad de este fascinante grupo mineral.
En realidad, "clorita" no se refiere a un solo mineral, sino a un grupo con una composición química variable y compleja. Su fórmula general puede representarse como (Mg,Fe,Al)3(Si,Al)4O10(OH)2·(Mg,Fe,Al)3(OH)6. Esta fórmula refleja la sustitución isomórfica que ocurre dentro de la estructura cristalina, donde diferentes elementos pueden ocupar las mismas posiciones en la red cristalina. Los principales elementos presentes son magnesio (Mg), hierro (Fe), aluminio (Al), silicio (Si), oxígeno (O) e hidrógeno (H).
La estructura de la clorita es similar a la de la mica, con láminas tetraédricas de sílice y alúmina intercaladas con láminas octaédricas de brucita (Mg(OH)2) o gibbsita (Al(OH)3). Estas láminas se apilan en capas, unidas por débiles enlaces de van der Waals, lo que da a la clorita su característico hábito laminar y su perfecta exfoliación basal.
Debido a la variabilidad en su composición, existen diversas variedades de clorita, entre las que se destacan:
La clorita se forma típicamente en ambientes metamórficos de bajo grado, como el metamorfismo regional de las facies de esquistos verdes. También puede formarse por alteración hidrotermal de minerales ferromagnesianos, como piroxenos, anfíboles y biotita, en rocas ígneas y metamórficas. Además, se encuentra en algunos sedimentos como producto de la erosión de rocas preexistentes.
Aunque no es un mineral con amplias aplicaciones industriales, la clorita tiene algunos usos específicos:
El nombre "clorita" fue utilizado por primera vez por el mineralogista alemán Abraham Gottlob Werner en 1789. Desde entonces, el estudio de la clorita ha contribuido a la comprensión de los procesos geológicos, particularmente en el campo del metamorfismo.
En resumen, la clorita es un grupo mineral complejo y fascinante que juega un papel importante en la geología y que, aunque no tenga un uso industrial masivo, ofrece información valiosa sobre la historia de nuestro planeta.